Durante su comparecencia en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid sobre la situación provocada por esta pandemia en centros residenciales, Moral, que renunció a comparecer en la primera citación hace dos semanas por no ser accesible la sala elegida, denunció problemas para derivar a centros sanitarios a personas con discapacidad en centros residenciales durante esta primera fase de la pandemia por la inexistencia de protocolos claros al respecto.

Explicó que, en esos primeros momentos, en esos centros residenciales se vivieron situaciones de “gran incertidumbre y, en ocasiones, de miedo”. En este sentido, manifestó que los profesionales de esos centros residenciales y las familias de las personas con discapacidad internas “tenían mucha inquietud y cierta situación de abandono”.

Óscar Moral agradeció el trabajo de los familiares, profesionales y voluntarios que se prestaron a ayudar durante esta primera ola del coronavirus y afirmó que “sin ellos, todo habría sido de mayor gravedad”.

DESASOSIEGO

Indicó que se vivió todo esto “con mucho desasosiego” porque ya se habían producido los primeros fallecimientos y existía “incertidumbre” ante la posibilidad de enfermar. Tras señalar que este tipo de residencias “no están preparadas" para atender a personas enfermas, dijo que mantuvo una fluida relación e interlocución con la Consejería de Políticas Sociales y no tanto con la de Sanidad.

Asimismo, relató que mandó una carta al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, sobre el protocolo que excluía a personas con discapacidad para ser derivadas de residencias a hospitales, que nunca fue respondida, y recordó que Cermi Comunidad de Madrid elaboró un borrador de un protocolo diferente sin criterios de discriminación por discapacidad o movilidad.

Asimismo, denunció falta de material de protección en esas residencias y de trabajadores, ya que hubo hasta el 40% de bajas en empleados por Covid-19. Planteó también la necesidad de que este tipo de centros residenciales sean distintos en el futuro, ya que señaló que deberían ser más pequeños, y añadió que la mortalidad fue más baja que en centros residenciales para personas mayores.

Tras reiterar que las residencias “no están preparadas para una pandemia”, porque “no son lugares hospitalarios”, afirmó que la situación ahora es "distinta" porque se han recibidos materiales de protección de la Comunidad de Madrid y del Gobierno de España como mascarillas y, además, “hemos aprendido a base de la experiencia negativa vivida”.