Discapacidad

Los suplementos de té verde pueden modular el desarrollo facial en el síndrome de Down, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Los suplementos de té verde pueden modular el desarrollo facial en el síndrome de Down, según un estudio dirigido por investigadores belgas y españoles publicado en la revista ‘Scientific Reports’, y que aporta evidencias sobre los beneficios potenciales de los extractos de la infusión.

Los investigadores observaron que la ingesta de extractos de té verde puede reducir la dismorfología facial en niños con síndrome de Down cuando se toma durante los primeros tres años de vida, según el estudio en el que participa La Salle Campus Barcelona-Universitat Ramon Llull.

En la parte experimental del estudio, llevada a cabo con ratones, se confirmaron estos efectos positivos con dosis bajas de consumo. No obstante, los expertos encontraron que dosis elevadas del extracto pueden alterar el desarrollo facial y óseo en los animales de laboratorio. Por este motivo, serán precisas nuevas investigaciones para entender los efectos de los extractos de té verde, un producto que siempre se debe consumir bajo supervisión médica.

El síndrome de Down está causado por la presencia de una tercera copia del cromosoma 21 (trisoma 21), una alteración genética que provoca una sobreexpresión de los genes de este cromosoma y resulta en una serie de discapacidades físicas e intelectuales.

Uno de estos genes, el DYRK1A, contribuye a alterar el desarrollo cerebral y óseo en personas con síndrome de Down, entre otros mecanismos de acción. Además de esto, se sabe que un compuesto del té verde -el epigalocatequina-3-galat o EGCG- inhibe la actividad del gen.

Otros trabajos anteriores habían constatado el potencial del EGCC para mejorar las capacidades cognitivas en niños y jóvenes con síndrome de Down. En el nuevo estudio, los investigadores analizarán el efecto de los suplementos del té verde sobre el desarrollo facial.

El estudio con voluntarios se llevó a cabo en España y también incluyó participantes procedentes de América del Norte. Participaron 287 niños de entre 0 y 18 años, incluidos los niños y niñas con síndrome de Down que ingirieron o no un suplemento de EGCG en condiciones de autoconsumo y sin seguir un protocolo prescrito.

"Todos los participantes en el estudio fueron fotografiados desde varios ángulos para crear un modelo 3D de sus caras", explicó la profesora Neus Martínez-Abadías, de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona y coautora principal del estudio.

"Para comparar los rasgos faciales de los participantes se utilizaron 21 marcadores antropométricos y el análisis de distancias faciales. En el grupo de menor edad -entre cero y tres años- observamos que cuando comparábamos niños con síndrome de Down que nunca habían recibido tratamiento con niños que no padecen esta trisomía, el 57% por ciento de las distancias de la cara eran significativamente diferentes”, indicó.

“Cuando en la comparación considerábamos los niños que sí recibieron tratamiento con EGCG, esta diferencia fue mucho menor, sólo el 25%. Así pues, observamos que después de la suplementación con té verde, la dismorfología facial disminuye y los niños y niñas con o sin síndrome de Down se parecen más", añadió.

Sin embargo, no se ha observado un efecto similar en el grupo de adolescentes. “Incluso cuando habían ingerido extractos de té verde, la diferencia en los rasgos faciales se mantenía alrededor 50% si los comparábamos con el grupo control”, precisó la profesora.

Estas conclusiones sugieren que los suplementos de té verde solo afectan el desarrollo facial cuando se administran en las primeras etapas de la vida, momento en que las estructuras de la cara y del cráneo crecen más rápidamente .

(SERVIMEDIA)
02 Mar 2021
GIC/gja