Ciencia

Investigadores españoles diseñan un sistema de sensores para comprobar a distancia el estado de monumentos históricos

Madrid
SERVIMEDIA

Un equipo de investigación de las universidades de Granada y Sevilla ha desarrollado un sistema de sensores susceptible de comprobar a distancia el estado y las posibles anomalías presentes en monumentos históricos.

Según informó la Universidad de Granada, esta tecnología percibe los cambios de temperatura y humedad del monumento y del microclima que lo rodea, permitiendo a los investigadores detectar anomalías, como grietas, daños por agua o erosión en las estructuras en las que se instala. También genera modelos matemáticos que permiten simular en qué condiciones se deteriora su superficie.

El cambio climático y la actividad humana en los núcleos urbanos son algunas de las causas que provocan efectos adversos en bienes históricos y culturales, como murales, iglesias, arcos, esculturas, fuentes o restos arqueológicos.

Para prevenir su deterioro o derrumbe, los investigadores, cuyas conclusiones se publicaron en ‘Journal of Cleaner Production’, proponen un método que funciona del mismo modo que un diagnóstico médico: los sensores que realizan una evaluación continuada del monumento y alertan a los científicos si hay alguna anomalía en su superficie.

Este procedimiento se ha probado en la Muralla Ziri de Granada, ubicada en una zona de creciente urbanismo, y cuya estructura presentaba una serie de patologías críticas, como el incremento de vegetación en su superficie y erosión, agravada por las obras en los edificios del entorno.

Los expertos instalaron dos sensores para medir la temperatura y la humedad de este elemento arquitectónico en condiciones normales durante el invierno y el verano, en tiempo real, para establecer unos valores de referencia.

Una vez obtenidos estos datos de base, los sensores continuaron monitorizando el monumento para detectar posibles anomalías a distancia y en tiempo real, siendo un ordenador el encargado de recopilar la información obtenida y de alertar de un problema en su estructura.

“Estos datos de referencia sirvieron para localizar anomalías y alertar a los técnicos que se encargan del mantenimiento de los bienes históricos de Granada del severo deterioro que sufría la muralla. Al final, la intervinieron para arreglarla”, explicó José Sánchez, investigador de la Universidad de Sevilla.

De este modo, al aplicar esta metodología en un bien histórico, los expertos pueden simular mediante un modelo matemático las condiciones de temperatura y humedad que provoquen problemas como la erosión, daños por agua y otros efectos adversos para prevenirlos.

Así, si los científicos observan los datos de base de un momento y establecen con ellos que éste goza de “buena salud”, puede determinar qué patologías sufrirá si está expuesto a determinados niveles de humedad y temperatura.

Este sistema es más económico que los análisis habituales, que requieren un mayor esfuerzo tecnológico y humano. “Para realizar la misma labor que estos sensores, un técnico o inspector tendría que acudir al sitio donde se sitúe el monumento a diario y realizar los análisis allí. Esto supone el traslado continuo de instrumental científico y una inversión de tiempo muy importante”, según Sánchez.

Este estudio ha sido financiado por la Agencia Estatal de Investigación y ha recibido apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

(SERVIMEDIA)
04 Mayo 2021
MST/gja