Cambio climático

El 60% de españoles cree que la crisis ha “acelerado” el consumo sostenible y más del 90% están dispuestos a cambiar sus hábitos

-Según el estudio ‘Los españoles ante el cambio climático: hábitos, retos y oportunidades’, auspiciado por Engie España y realizado por GAD3, en colaboración con IE University

MADRID
SERVIMEDIA

El 60% de los españoles estima que la pandemia provocada por la Covid-19 ha actuado como “aceleradora” hacia un consumo más sostenible y son “optimistas” en cuanto a la permanencia de estos nuevos hábitos, siendo los más jóvenes y los residentes en ciudades los mayores defensores de estos nuevos patrones. Además, el 91% está dispuesto a cambiar sus hábitos para frenar el cambio climático.

Estas son dos de las principales conclusiones del estudio ‘Los españoles ante el cambio climático: hábitos, retos y oportunidades’, auspiciado por Engie España y realizado por GAD3, en colaboración con IE University, cuyos resultados fueron presentados este viernes en el transcurso de la jornada ‘Green Friday’.
El encargado de exponerlos fue el presidente de GAD3, Narciso Michavila, quien también destacó que, por lo que respecta a su percepción en relación a las empresas, sólo el 18,6% de los ciudadanos entiende que prestan más atención a la necesidad de hacer frente al cambio climático a causa de la pandemia.
Por otra parte, en torno al 58% de los 3.600 consultados, especialmente los más jóvenes, está dispuesto a pagar más por un producto sostenible, priorizando la automoción y la alimentación con criterios sostenibles frente a la ropa y el turismo y que para el 90% el consumo de energía renovable en la industria es la medida que más contribuye a la sostenibilidad, seguida por la eficiencia energética (87%) y la valorización energética de residuos (77%).
Tras puntualizar que el 75% se considera “informado” y casi un 16%, incluso “bastante informado” sobre el cambio climático, subrayó que sólo el 7% se muestra reacio a cambiar sus hábitos para luchar contra el cambio climático y que tres cuartas partes han adoptado nuevos hábitos para frenarlo en los últimos años.

HÁBITOS EXTENDIDOS
Entre los hábitos más extendidos destacan la reducción del uso de plásticos, seguida del reciclaje y del uso de formas alternativas de movilidad y Michavila hizo hincapié en que, mientras os jóvenes apuestan por implementar formas de movilidad alternativa y por el uso de electricidad procedente de energías renovables, los mayores “prefieren” el reciclaje y la mejora de la eficiencia energética en su vivienda.
Por lo que se refiere a la responsabilidad frente al cambio climático, el 68% admite que la principal causa que hay detrás del mismo es la actividad humana y en torno a dos tercios, lo vincula al deshielo de glaciares y la subida de las temperaturas mientras el 58% de estima que el uso de la tecnología puede “contribuir” a reducir la contaminación.
El 88% recuerda a la administración la urgencia de “priorizar” la crisis medioambiental en la toma de decisiones mediante la aplicación de planes nacionales (70%) y con la puesta en marcha de modelos productivos sostenibles desde las empresas, que dispongan de incentivos para la reducción de emisiones y para la implementación de estrategias de descarbonización (64%).

Michavila recordó que el cambio climático es “una amenaza colectiva de la que solo podremos salir con conciencia colectiva”, por lo que reclamó la urgencia de facilitar al ciudadano “información veraz”, convencido de que, “si se le trata como adulto, se comportará como adulto”.
A este respecto, el director del Centro de Ciudades Sostenibles de IE University, Manuel Pérez, subrayó la “alta disposición” del ciudadano a cambiar sus conductas para mitigar el cambio climático y que “una gran mayoría” de la población considera que las conductas individuales tienen un impacto “mínimo” en el cambio climático.

SOCIEDAD PREPARADA

“Estos datos ponen de manifiesto que la sociedad no sólo está preparada, sino que demanda de las empresas y de la administración pública mecanismos capaces de acelerar el proceso de transición ecológica”, abundó, al tiempo que señaló la “oportunidad” que, a su juicio, tiene el sector energético para “liderar” la transición hacia un modelo más sostenible.

La jornada fue inaugurada por la directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, qiuen reconoció que la recuperación económica tras la pandemia tiene que darse “en clave sostenible y socialmente justa” y, en este sentido, defendió que la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética “ayuda a organizar cómo tenemos que avanzar en ese nuevo modelo de desarrollo” que juzgó “inevitable y necesario” y que, a su entender, “debe transformar nuestras sociedades en sociedades neutras en carbono a más tardar en el año 2050”.
“Estamos preparados, pero no seremos capaces de cumplir con este objetivo de neutralidad climática y de avanzar en la descarbonización del sistema energético si no involucramos a la sociedad”, espetó, convencida de que se trata de un reto “científico, político, económico, pero, sobre todo, es un gran reto social” y de la necesidad de contar con la ciudadanía como “sujeto activo y agente de cambio, que sea capaz de cambiar sus hábitos cotidianos, la forma que tiene de moverse, de calentarse, de relacionarse con la naturaleza y, a fin de cuentas, la forma que tenemos de relacionarnos entre nosotros”.
A continuación se produjo un debate entre la directora del Departamento de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima en CEOE, Cristina Rivero, y el director general de Forética, German Granda, en el que Rivero puntualizó que las empresas son “las proveedoras de soluciones a los retos ambientales que tenemos” y aseveró que los retos que afronta España en esta materia sólo pueden conseguirse “vía empresas y vía consumidores”.
En este punto, llamó a la administración “facilitar” a las empresas y los ciudadanos “las condiciones para que podamos ser partícipes de esta transición” y a aprovechar la “oportunidad única” que tiene España con la llegada de fondos europeos, que, lamentó, “tradicionalmente” gestiona como un “mal ejecutor”.

Por su parte, Granda advirtió de que “estamos en la década de la acción y en el momento decisivo y las empresas lo saben y están actuando, tienen una serie de elementos que están sirviendo aceleradores”, si bien urgió a “marcar objetivos más ambiciosos de acción” y a afianzar “alianzas” para su consecución, con una mejor colaboración con consumidores, proveedores y ciudades para “acelerar” estos cambios.
“La administración tiene que tener un plan claro, queremos un plan claro de hacia dónde queremos ir y cómo queremos ir y eso es muy importante también de cara a las empresas, porque no se pueden cambiar las cosas de un día a otro”, sentenció, para resaltar que el 80% de las empresas de Forética están “retocando” sus estrategias para incorporar “de forma más fundamental, más relevante”, los aspectos de sostenibilidad, por lo que pidió más incentivos en ese sentido.
La jornada fue clausurada por la CEO de ENGIE España, Loreto Ordóñez, quien urgió a ciudadanía, empresas y administraciones a abordar “un nuevo paradigma para acelerar la transición hacia un mundo neutro en carbono”. “Los ciudadanos, con sus hábitos del día a día, y las empresas por su capacidad de innovación y de transformación de las sociedades, se sitúan a la vanguardia de este reto”, reflexionó.

“La conclusión principal del estudio es que la ciudadanía espera y reclama acción por el clima a todos los niveles y con urgencia. Hay un mensaje clarísimo, un mensaje de priorización de la transición ecológica para empresas y para administraciones, que están llamadas a hacer realidad los planes de acción nacionales”, resolvió, para reclamar la puesta en marcha de modelos productivos más sostenibles liderados por el sector energético y la necesidad de lograr una recuperación económica, que, a su vez sea ecológica, resiliente e inclusiva tras la pandemia.

(SERVIMEDIA)
04 Jun 2021
MJR/gja