Según fuentes de la entidad, la dirección del banco ha trasladado a los sindicatos que “estudiará la posibilidad de reducir el número de extinciones en la red comercial” con la idea de que ese exceso de plantilla “facilite cubrir necesidades como, por ejemplo, cobertura de bajas de larga duración, paternidad o maternidad, vacaciones, etc”.

También ha mostrado su disposición a analizar fórmulas para la redistribución territorial del excedente de personal. La idea es que pueda asumir las bajas voluntarias que se den en las diferentes plazas, sin limitar los cupos aunque resulten excesivos y “siempre de acuerdo con las necesidades de negocio”, cubriéndose después esas bajas con traslados.

En cuanto a la demanda de mejores compensaciones a los trabajadores por la extinción de contratos, en la entidad detallaron que la dirección ha solicitado a la representación laboral sindical “trabajar en una propuesta asumible por la entidad y conforme a la realidad del negocio bancario”.

El banco ha aceptado, sin embargo, la demanda de los representantes de los trabajadores de ampliar el periodo de negociación, extendiendo el calendario para llegar a un acuerdo hasta el próximo 29 de junio.

Los cambios han tenido lugar en una reunión prevista después de los paros convocados esta mañana entre las 11.00 y 12.00 horas y que, según los sindicatos, han sido secundados por el 86,7% de la plantilla de CaixaBank.

Los delegaciones sindicales habían advertido de su intención de ir más allá y convocar también una huelga el próximo miércoles si no se prorrogaba el periodo formal de negociación y el banco decidía “aplicar unilateralmente medidas draconianas”.

El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por CaixaBank supondrá la salida de 7.791 trabajadores frente a los casi 8.300 previstos en un inicio, y reubicará a otras 500 personas en filiales de la entidad.