Su apoyo lo expresó durante el 'XXXVIII Seminario de la APIE: La Economía de la Pandemia', organizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), al ser cuestionada sobre el documento en el que estaría trabajando la banca y donde, por ejemplo, garantizaría la recolocación integra de empleados afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) o se volcarían en su formación, además de ayudar a clientes en su adaptación a las diferentes transiciones que se avecinan.

El documento abonaría llegar a acuerdos negociados en los ERE, maximizando las salidas voluntarias y sin coste para el Erario e, incluso, ligar las retribuciones variables a aspectos de sostenibilidad o modularlos en situaciones de crisis. Su formulación la aborda el sector para mejorar su reputación, ante los ERE planteados y después de que la propia Calviño arremetiese contra los banqueros por sus altos sueldos cuando plantean ERE agresivos.

Calviño aseguró que desconoce el documento, pero consideró que “es bueno que las entidades financieras sean conscientes de las inquietudes que la sociedad puede tener”. “Si mis palabras pueden haber servido para mejorar en algún sentido, pues bienvenido sea”, agregó en un encuentro junto al presidente del BBVA, Carlos Torres.

La vicepresidenta coincidió con él en que la reputación “es un activo financiero”, y la responsabilidad social corporativa es un tema “que cada vez más peso tiene en la percepción que los ciudadanos y clientes tiene con respecto a las entidades financieras”.

“Bienvenido sea si el sector considera que puede haber una serie de buenas prácticas u orientaciones que puedan permitir dar una mayor confianza a los ciudadanos con respecto a cómo se van a abordar los procesos de reestructuración, cómo se van a garantizar la prestación de servicios financieros a los ciudadanos y cómo se van a reflejar todos estos principios de RSC y el impacto de la entidad sobre sus clientes, la sociedad y sus trabajadores en la remuneración variable de los directivos”, abundó, juzgando que, si es así, “son una buena noticia”.

PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN

Calviño admitió que el sector financiero encara un proceso de reestructuración por una serie de cambios coyunturales como la evolución de los tipos de interés y estructurales como la entrada de nuevos competidores y la aceleración de la digitalización, que “exigen una adaptación ágil por parte del sector” e incorpora “determinadas dimensiones”.

Sin embargo, estimó que “no es positivo plantear el futuro de un sector solamente sobre la base de una reducción de su tamaño, de su capacidad o del número de empleados o del número de oficinas”, sino que debe abordarse en paralelo el desarrollo de “una agenda positiva” en la que “se descubran, se exploten y se expandan” nuevas oportunidades de negocio”.

Al respecto, indicó que “si queremos que el sector recupere una senda de rentabilidad” y pueda jugar a medio plazo el rol que le corresponde de canalizar el ahorro y la inversión productiva para la economía y la sociedad, “necesitamos entidades financieras que tengan una perspectiva también positiva de desarrollo y despliegue de nuevos ámbitos de negocio que sean rentables”.

Al ser preguntada de forma específica por los ERE de la banca, valoró “positivamente” que los procesos de reestructuración de los bancos “estén realizándose de forma negociada” y que se estén alcanzado o buscando su ejecución por medio de acuerdos con los representantes de los trabajadores. Según Calviño, esto último es especialmente importante porque son procesos “tremendamente traumáticos para el conjunto de los trabajadores de estas empresas y para sus familias”, juzgando positivamente también que, “al final, estén reduciéndose el número de bajas y que se esté orientando además hacia las bajas voluntarias”.

“Esa es la línea: la del diálogo y la negociación correcta y para abordar estos procesos que siempre son, por supuesto, lamentables y negativos”, añadió, convencida de que en CaixaBank, como en BBVA, se alcanzará un pacto con los sindicatos dado que la dirección del banco ha expresado su “voluntad” de llegar a un acuerdo.