Dicho informe señala éste como uno de los principales indicadores que reflejan las dificultades de inserción en el mercado laboral de las personas con discapacidad, afirmando que “la principal característica de las personas con discapacidad en edad laboral es su baja participación en el mercado laboral”.

En concreto, el total de contratos registrados en los servicios públicos de empleo durante 2020 fue de 15.943.061, de los que 248.486 fueron suscritos con personas con discapacidad. Por sexo, los hombres con discapacidad registraron más número de contratos que las mujeres (61,56% y 38,44%) y con diferencias cada vez más acusadas, mientras que la diferencia entre hombres y mujeres sin discapacidad fue algo menor (57% y 43%, respectivamente).

Además, los nuevos puestos de trabajo que desempeñan las personas con discapacidad se caracterizan, en una proporción muy elevada, por ser trabajos temporales, ya que las modalidades más utilizadas fueron las de ‘Eventual por circunstancias de la producción’ y ‘Obra o servicio’, sumando solo estas dos tipologías más del 70% de la contratación. Por su parte, la tasa de estabilidad en 2020 fue del 10,14%.

En lo referente a la afiliación, España cerró 2020 con un total de 18.904.852 personas afiliadas, de las que 282.884 eran personas con discapacidad, representando el 1,5% del total, ligeramente superior al 1,48% de 2019. Este aumento del peso en la afiliación tuvo que ver con que la afiliación a la Seguridad Social descendió un 1,88% en 2020, mientras que la de las personas con discapacidad sólo lo hizo un 0,77%.

Por otro lado, en 2019 el 65,98% de las personas con discapacidad en edad laboral se encuadraba dentro de la categoría de inactivas, lo que suponía 43 puntos porcentuales más respecto al 22,34% de personas sin discapacidad que estaban en dicha situación.

En concreto, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 había en España 1.876.900 personas en edad laboral, de las que únicamente estaban activas 638.600, mientras que 1.238.400 eran inactivas. De esta forma, la tasa de actividad es de sólo el 34,6%, frente al 77,7% de las personas sin discapacidad.

Dentro de éstas últimas, los datos recogen que 43.800 personas inactivas eran estudiantes, 295.500 jubilados o pensionistas, 109.100 se dedicaban a labores del hogar, 757.800 tenían incapacidad permanente, y 32.100 tenían ‘otra situación de inactividad’.

En total, las personas con discapacidad en edad laboral suponían el 6,2% del total de la población comprendida en esa edad y, aunque la población española entre 16 y 64 años disminuyó levemente en el período 2015-2019, las personas con discapacidad aumentaron más del 5%. De ellas, el 56,83% son hombres y el 43,17% son mujeres. La mayor parte de las personas con discapacidad en edad laboral se sitúan en el tramo de edad de 45 a 64 años, mientras que los menores de 25 años llegan a representar algo más del 5%.

Por sexo, el informe indica que los hombres tenían una mayor tasa de empleo, mientras que en las mujeres es la tasa de paro la que es más elevada, “por lo que la condición femenina aporta aún más dificultades a la integración laboral”. Además, la tasa de actividad era algo mayor también en los hombres.

Otras características destacables de esta población son que la discapacidad más representativa es la física, que el nivel de estudios alcanzado con mayor frecuencia es el de la ESO y que el grado de discapacidad mayormente reconocido se concentra entre el 33% y el 44%.

En lo que se refiere a los parados, a 31 de diciembre de 2020, el número de parados con discapacidad era de 165.724, el 4,26% del total, duplicando el porcentaje que representaban en 2008. Al contrario de lo que ocurre en la contratación, en las personas paradas son mayoría las mujeres (52,13%). Además, los parados de larga duración -aquellos que llevan más de un año registrados en el paro-, con 107.481 personas, suponen el 64,86% del total de parados con discapacidad, mientras que entre la población sin discapacidad los parados de larga duración suponen el 45,94%.

Por último, el informe señala que la tasa de contratación más elevada en 2020 en el colectivo de personas con discapacidad se registró en la ocupación de ‘Empleados de venta de apuestas’, con el 65,86% sobre el total de los contratos en dicha ocupación, seguida de la ocupación ‘Operadores de máquinas de lavandería y tintorería’, con un 32,87%, y ‘Conserjes de edificios’, con un 13,60%.