Extinción

Investigadores indican que el vulcanismo extremo no causó la extinción masiva de especies a finales del Cretácico

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores de la Universidad de Zaragoza y de la Universidad de Barcelona descartan que el vulcanismo intensivo del Decán, uno de los mayores episodios volcánicos en la Tierra, causara la extinción masiva de especies a finales del periodo Cretácico.

Este es el resultado de un estudio publicado en la revista ‘Geology’ en el que los investigadores reafirman la hipótesis del impacto de un gran asteroide como la causa de la crisis biológica que hace 66 millones de años acabó con la estirpe de los dinosaurios no avianos y otros organismos marinos y terrestres.

El trabajo fue realizado por los investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA-Universidad de Zaragoza), Vicente Gilabert, Ignacio Arenillas y José Antonio Arz, junto con la investigadora de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, Sietske Batenburg.

Estos indicaron que el escenario de estudio ha sido los acantilados de Zumaia (Guipúzcoa), que contienen una sucesión excepcional de estratos que revela la historia geológica de la Tierra en el período 115-50 millones de años (Ma).

En dicho entorno, el equipo analizó sedimentos y rocas ricas en microfósiles que se depositaron durante un intervalo de tiempo que incluye el límite Cretácico-Paleógeno (K/Pg). Datado en 66 Ma. Los investigadores explicaorn a este respecto que el límite K/Pg separa las eras Mesozoica y Cenozoica y coincide con una de las cinco grandes extinciones en masa del planeta.

En concreto, el equipo analizó los cambios climáticos justo antes y después de la extinción masiva marcada por el límite K/Pg y su posible relación con esta crisis biológica. Así, estudiaron, por primera vez, si dichos cambios climáticos coinciden en la escala temporal con sus posibles causas: el vulcanismo masivo del Decán (India) y las variaciones orbitales de la Tierra.

Según destacó Batenburg, “la particularidad” de los afloramientos de Zumaia radica en que allí se acumularon dos tipos de sedimentos: unos más ricos en arcillas y otros, en carbonatos que se pueden identificar en la actualidad como estratos de margas y calizas “que alternan entre sí formando ritmos”, además aladiño que esta “fuerteritmicidad en la sedimentación se relaciona con las variaciones cíclicas que sufre la orientación e inclinación de la Tierra alrededor de su propio eje en su movimiento de rotación, así como su movimiento de traslación alrededor del Sol”.

Estas configuraciones astronómicas —ciclos de Milankovitch que se repiten cada 405, 100, 41 y 21 mil años— regulan la cantidad de la radiación solar recibida, modulan la temperatura global de del planeta y condicionan el tipo de sedimento que llega a los océanos, explicó el equipo.

Por su parte, Gilabert señaló que al identificar las periodicidades en los sedimentos de Zumaia, pudieron establecer la datación “más precisa” de los eventos climáticos que acontecieron en torno a la época en la que vivieron los últimos dinosaurios.

El trabajo arroja que más del 90% de las especies de foraminíferos planctónicos del Cretácico de Zumaia se extinguieron hace 66 Ma, coincidiendo con una gran perturbación en el ciclo del carbono y con una acumulación de esférulas de vidrio de impacto originadas por el asteroide que impactó en Chicxulub, en la península del Yucatán (México).

De igual manera revelan la existencia de tres eventos de “intenso” calentamiento climático que no están relacionados con el impacto de Chicxulub hace unos 66 Ma. El primero, denominado LMWE y anterior al límite K/Pg, ha sido fechado entre 66.25 y 66.10 Ma. Los otros dos eventos posteriores a la extinción masiva, se denominan Dan-C2 (entre 65.8 y 65.7 Ma) y LC29n (entre 65.48 y 65.41 Ma).

Dentro de este marco, el estudio muetra que los cambios climáticos globales que ocurrieron a finales del Cretácico y comienzos del Paleógeno entre 250.000 años antes y 200.000 años después del límite K/Pg, se debieron a máximos de excentricidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. También indica que la excentricidad orbital que influyó en los cambios climáticos antes y después del límite K/Pg no está relacionada con la extinción masiva de especies de finales del Cretácico.

En concreto, el trabajo concluye que los cambios climáticos ocasionados por los máximos de excentricidad y aumentados puntualmente por el vulcanismo del Decán ocurrieron de manera gradual a una escala de cientos de miles de años.

(SERVIMEDIA)
20 Sep 2021
XSF/gja