Salud
Los niños que hacen deporte tienen menos angustia emocional de adolescentes
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Los menores que practican deporte en la primera infancia tienen menos probabilidades de experimentar angustia emocional -es decir, síntomas depresivos y de ansiedad- en la adolescencia temprana porque serán más activos físicamente.
Ésta es la conclusión principal de un nuevo estudio dirigido por la psicoeducadora Marie-Josée Harbec, de la Universidad de Montreal (Canadá), y publicado este lunes en la revista 'Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics'.
Para realizar el estudio, Harbec y Linda Pagani, también de la Universidad de Montreal, y otros investigadores de la Universidad McGill y el Hospital Infantil del Instituto de Investigación del Este de Ontario (Canadá) examinaron los hábitos deportivos y de actividad física reportados por niños de 5 a 12 años, así como por sus padres, y también observaron los síntomas de angustia emocional de menores de 6 a 10 años que fueron aportados por los maestros de los niños.
"Los niños de 5 años que nunca participaron en deportes eran más propensos entre las edades de 6 y 10 años a verse infelices y cansados, tenían dificultades para divertirse, lloraban mucho y parecían temerosos o preocupados", apunta Pagani, que añade: "Además, los niños que exhibieron niveles más altos de síntomas depresivos y ansiosos durante la infancia media fueron posteriormente menos activos físicamente a los 12 años de edad. Para las niñas, por otro lado, no encontramos ningún cambio significativo".
Los padres de 690 niños y 748 niñas informaron de si sus hijos hacían deporte cuando tenían cinco años y su nivel semanal de actividad a los 12 años, y sus profesores evaluaron los síntomas de angustia emocional observados en la escuela de 6 a 10 años. Los datos se estratificaron por sexo para identificar cualquier vínculo significativo entre la actividad física y la angustia emocional.
Los investigadores descartaron muchos factores de confusión. "Nuestro objetivo era eliminar cualquier condición preexistente de los niños o las familias que pudiera arrojar una luz diferente sobre nuestros resultados, como el temperamento infantil, la educación de los padres o los ingresos familiares", apunta Harbec.
Los niños que practican deporte en preescolar podrían beneficiarse de las actividades físicas que les ayudan a desarrollar habilidades para la vida, como tomar la iniciativa, participar en el trabajo en equipo y practicar el autocontrol, y construir relaciones de apoyo con sus compañeros y entrenadores e instructores adultos.
"Por el contrario, los niños que experimentan síntomas de depresión y ansiedad podrían estar más aislados socialmente y tener un nivel disminuido de energía y menores sentimientos de competencia, lo que a su vez podría influir negativamente en la participación en la actividad física", recalca Pagani.
Para las niñas, los riesgos de depresión y ansiedad y los factores protectores funcionan de manera diferente, según Harbec, pues son más propensas que los niños a buscar ayuda y a revelar angustia emocional a la familia o amigos y el apoyo psicológico de estos lazos sociales las protege mejor.
"Además, debido a que más niñas experimentan angustia emocional que los niños, este riesgo relacionado con el género puede llevar a una identificación e intervención temprana", añade Harbec.
(SERVIMEDIA)
27 Sep 2021
MGR/gja