Dos buitres marcados con GPS ayudan a detectar el uso ilegal de veneno en la naturaleza

MADRID
SERVIMEDIA

Los buitres negros ‘Peñalara’ y ‘Escobalón’ contribuyen a proporcionar información clave sobre el comportamiento de esta especie amenazada por el uso ilegal de cebos envenenados en la naturaleza gracias a que están marcados con GPS por WWF y la Fundación Biodiversidad.

Por ejemplo, estos dos ejemplares han acudido a alimentarse de forma puntual al centro de tratamiento de residuos de Ávila, lo que supone un riesgo para su salud porque en este lugar se han encontrado esta semana otros seis buitres negros muertos por posible envenenamiento o intoxicación por ingesta de basura, según informó este jueves WWF.

Esta organización ecologista indicó que el marcaje científico de aves con emisores GPS facilita el seguimiento y su localización en caso de incidencia por el veneno en la naturaleza, lo que facilita la pronta intervención de los agentes de la autoridad e incrementa la probabilidad de detectar pruebas y localizar a los posibles infractores. Esto es lo que se está realizando con ‘Peñalara’ y ‘Escobalón’ en el marco del proyecto ‘Lucha contra el veneno, acciones clave’.

‘Peñalara’ tiene ocho años y desde 2011 forma parte de esta investigación para luchar contra el veneno. Según los datos de su GPS, se instaló en el Parque Nacional de Guadarrama, después visitó otras colonias de su misma especie situadas en el sur de Salamanca y el norte de Cáceres y ahora ha vuelto a Guadarrama, donde se está reproduciendo. Además, se alimenta preferentemente en las provincias de Segovia y Madrid.

‘Escobalón’ tiene seis años y nació en la Zepa 56 ‘Encinares de los ríos Alberche y Cofio’, en Madrid. Desde entonces, ha volado por Galicia y Portugal, además de Toledo y Ávila, para volver de nuevo cerca de Madrid este año.

En concreto, ahora se encuentra criando en la reserva natural abulense del Valle de Iruelas, desde donde se desplaza regularmente a distintas zonas de la Comunidad de Madrid para alimentarse. Como curiosidad, la distancia máxima a la que se ha desplazado desde su nido ronda los 70 kilómetros y durante este periodo reproductor ha recorrido casi 4.000 km en busca de alimento.

Este proyecto también integra otras acciones de seguimiento de otras especies muy sensibles al envenenamiento, como el milano real, mediante el control invernal de dormideros.

(SERVIMEDIA)
06 Ago 2015
MGR/caa