“Deberíamos empezar a pensar en el alzhéimer como en una enfermedad cardiaca”

- Afirma David C Rubinsztein, miembro del Instituto de Investigación Médica de Cambridge

MADRID
SERVIMEDIA

David C Rubinsztein, miembro del Instituto de Investigación Médica de Cambridge, considera que "deberíamos empezar a pensar en el alzhéimer como una enfermedad cardiaca e identificar pacientes y tratamientos que se puedan administrar antes de que enfermen, posiblemente décadas antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente".

Rubinsztein es uno de los participantes en el Congreso Internacional sobre Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas (Ciiien 2015) que desde hoy celebran la Fundación Reina Sofía, la Fundación Cien y Ciberned en Málaga.

A su juicio, existen "muchos problemas" en el tratamiento del alzhéimer dado que "no conocemos lo suficiente la patogenia de las formas comunes de la enfermedad" y que la mayoría de los ensayos se dirigen a pacientes "en fases muy tardías de la enfermedad".

"Creo que deberíamos pensar en la EA como en una enfermedad cardiaca: necesitamos identificar a los pacientes y los tratamientos que podemos administrarles antes de que enfermen, posiblemente décadas antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente. Así, podríamos retrasar la aparición de la enfermedad y conseguir que las personas tengan más años de buena función cognitiva. Necesitamos encontrar el equivalente en alzhéimer a los tratamientos para reducir el colesterol, por ejemplo", dijo en una entrevista a Servimedia.

Rubinsztein lamentó que "los auges y caídas en la financiación de los proyectos hacen muy difícil el trabajo de los investigadores y el desarrollo de las carreras de los jóvenes científicos", por lo que pidió "un compromiso de financiación estable a largo plazo".

Ante su participación en el Congreso Internacional sobre Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas que desde este lunes se celebra en Málaga, adelantó que en su ponencia explicará dos posibles estrategias terapéuticas en enfermedades neurodegenerativas.

"La primera es la regulación positiva de la autofagia, en la que llevamos trabajando muchos años y que parece ser una estrategia prometedora en modelos animales de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington, la enfermedad de Parkinson o las tauopatías, ya que contribuye a la eliminación de las proteínas tóxicas que se encuentran en el citoplasma de las neuronas. La segunda estrategia es la regulación positiva de pequeñas proteínas chaperonas de choque térmico, que consigue reducir la agregación de diversas proteínas que causan enfermedades neurodegenerativas", detalló.

Rubinsztein adujo que la inducción de la autofagia en la enfermedad de Alzheimer es "una cuestión compleja" pero "ayuda a eliminar la proteína tóxica tau, cuya contribución parece ser muy importante en la enfermedad".

(SERVIMEDIA)
21 Sep 2015
SRH/pai