Ningún grupo del Senado apoya las seis "líneas rojas" que el PP quería marcarle a Marruecos

MADRID
SERVIMEDIA

El Pleno del Senado rechazó hoy con 129 votos en contra y una abstención la propuesta del PP de marcar "seis líneas rojas" a Marruecos en su relación bilateral con España, que sólo contó con los 112 apoyos de los senadores populares.

La moción del PP, consecuencia de la interpelación del martes pasado al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fue defendida por el senador Alejandro Muñoz-Alonso, quien, si bien se mostró partidario de mantener una buena relación de vecindad con Marruecos, argumentó que para ello es necesario que el Gobierno exhiba una posición de firmeza en algunos puntos que considera "el mínimo exigible en unas relaciones sanas y normales".

En concreto, la iniciativa popular pretendía exigir a Marruecos que garantice los derechos de los ciudadanos españoles que visiten territorios bajo su control y la libertad de circulación de personas y mercancías entre éstos y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. También reclamaba una investigación completa de los incidentes acaecidos en esta segunda ciudad el pasado verano, y que el Gobierno exija la anulación de cualquier documento oficial marroquí que no reconozca la soberanía española sobre ambas ciudades.

Por último, el PP instaba a reanundar los esfuerzos en el ámbito de Naciones Unidas para culminar el proceso de descolonización del Sahara Occidental, así como resolver la situación de los refugiados y los presos políticos saharauis, facilitando su regreso sin represalias a sus lugares de origen.

Desde el PSOE, José Antonio Alonso García denunció que la moción popular "no tiene más excusa que los incidentes de Melilla" ni más intención que "poner en cuestión la política del Gobierno de España con Marruecos", la cual se fundamenta en dos principios: La necesidad de "mantener unas excelentes relaciones" con un país con el que se tienen "amplios intereses compartidos" y el convencimiento de que Marruecos está evolucionando progresivamente hacia una "apertura a estándares próximos a los occidentales".

Alonso sostuvo que el Estatuto avanzado de relación entre la UE y Marruecos avala la política del diálogo que encarna el Gobierno, mientras que "desde el incremento de la tensión" se iría "hacia la ruptura", que dejaría a España "sin capacidad de interlocución ni influencia" en el país norteafricano.

Sobre la cuestión de la soberanía de Ceuta y Melilla, reprochó al PP que "quien se siente seguro de su propiedad no anda exhibiendo las escrituras". A su vez, se mostró a favor de defender los derechos humanos en el Sahara, incluidos los de los presos políticos, pero prefirió rechazar la moción en conjunto para no "poner en cuestión" la relación entre España y Marruecos, que definió como "el eslabón entre dos grandes continentes".

CiU, PNV Y ENTESA

En nombre de CiU, Joan María Roig desdeñó algunos de los puntos de la moción del PP como un "brindis al sol", por lo improbable de que Marruecos acceda a sancionar a los culpables de los incidentes de Melilla y a emitir documentos que reconozcan la soberanía española sobre las ciudadades autónomas.

Defendió la españolidad de Ceuta y Melilla no tanto por las "reminiscencias históricas", que calificó de "un tanto discutibles", sino por la voluntad mayoritaria de sus habitantes en el presente.

Por último, aunque respaldó también la defensa de los derechos en el Sahara, concluyó su intervención pidiendo "ser muy cuidadosos" con las iniciativas que se emprendan en relación con Marruecos.

Por su parte, el senador vasco Iñaki Anasagasti recordó que entre la presentación de esta iniciativa y el día de hoy se ha producido la entrevista entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, por lo que, aun reconociendo que todos los puntos de la moción son "apropiados", quizá "no sea el momento" de aplicarla.

Con todo, criticó al monarca alauí por seguir siendo un rey absoluto, llamó la atención sobre los "problemas" que perviven a pesar de la "foto" de la entrevista, recordó que la ONU responsabiliza a Marruecos de la situación en el Sahara y recriminó al a aquel país que no aproveche el Grupo de Amistad constituido en el Senado.

Desde la Entesa Catalana de Progrès, Lluís María de Puig desestimó la propuesta popular como un "error de fondo y de forma", en el que el PP exhibe su "demagogia" y su "política internacional errática y profundamente equivocada". Según advirtió, su "acorralamiento" al Gobierno no torpedea a éste, al que atribuyó haber aplicado ya cuatro de los seis puntos de la moción, sino las relaciones exteriores de España, que han de ser buenas con el país vecino.

Además, volvió contra el PP su frecuente acusación a Marruecos de situarse en una "estrategia de tensión", señalando que en dicha táctica se enmarca la visita a Melilla del ex presidente del Gobierno José María Aznar, que calificó de "provocación". La misma palabra empleó para referirse a la insinuación de la moción de que en Marruecos no se respetan los derechos de los españoles que viajan a dicho país".

GRUPO MIXTO Y RÉPLICA DEL PP

Por último, desde el Grupo Mixto, el senador Pedro Torres, militante de Eivissa y Formentera al Senat, destacó que en la relación de España con Marruecos "hay un componente muy importante de confianza", por lo que abogó por abordar los desencuentros "siempre desde el diálogo y no desde la búsqueda de la tensión".

No obstante, también recalcó que Ceuta y Melilla nunca han pertenecido a Marruecos y "nadie puede recuperar lo que no ha tenido nunca"; que el Gobierno "ha de seguir defendiendo los intereses de nuestro país" y que es necesario luchar por el Sahara y por que Marruecos cumpla los derechos humanos. Aun así, Torres anunció su voto en contra de la moción del PP, que también emitieron el resto de senadores del Grupo Mixto, con excepción de José María Mur, del Partido Aragonesista, quien protagonizó la única abstención.

En su réplica al resto de grupos, Muñoz-Alonso entrevió "muchas más coincidencias que discrepancias" con CiU y el PNV, en el enfoque general y en puntos concretos, pero se resignó a no contar con su apoyo; por el contrario, se mostró "en absoluto desacuerdo" con la Entesa. Él se reafirmó en que "la mejor manera de no ser humillado es sentirse ofendido" y criticó que el Gobierno "no diga ni 'esta boca es mía'" ante informaciones que sugieren que Marruecos quiere asfixiar económicamente a Ceuta y Melilla.

El ponente de la moción insistió en que el PP quiere que el país vecino "siga siendo mucho más que amigo", pero también en que "permitir al otro que haga todo lo que quiera es absolutamente equivocado e inédito en las relaciones internacionales", porque al final "siempre hay uno que pierde".

(SERVIMEDIA)
22 Sep 2010
KRT/gja