Mientras la puntuación media del conjunto de la ciudadanía se sitúa en un 4 sobre 10, los usuarios que utilizan directamente estos equipamientos hunden aún más la valoración hasta alcanzar un 3,6 de media.

El sondeo indica que un 61% de los encuestados opinan que la evolución del servicio ha empeorado respecto al último año, mientras que un 16% considera que la administración de los aparcamientos sigue igual y solo un 10% cree que ha mejorado.

A nivel de barrios, todos son unánimes a la hora de no aprobar la gestión municipal sobre los aparcamientos públicos. Los usuarios de aparcamientos en los barrios de Vilapicina y Canyelles, ambos en Nou Barris, son los que peor nota otorgan al Ayuntamiento con un 2,9. En cambio, cuando se toma el pulso a toda la ciudadanía, independientemente de si son usuarios o no, los vecinos de Sant Gervasi-Galvany son los más críticos, otorgando un 3,5.

Si se amplía el foco a nivel de distritos, las personas usuarias que más suspenden al Ayuntamiento son los que viven en Nou Barris, con un 3, y de Sarrià- Sant Gervasi, con un 3,3. A este distrito le iguala Les Corts y Sants-Montjuïc, seguido de l’Eixample, con un 3,4, Horta-Guinardó y Gràcia, con un 3,5. Estos distritos se sitúan por debajo de la media de la ciudad (3,6), mientras que Sant Andreu la equipara con la misma nota y Ciutat Vella y Sant Martí la superan con un 4,2 y 4,3, respectivamente.

La percepción del servicio entre la ciudadanía en general no varía apenas respecto a la de los usuarios. La mayoría de los distritos dan una nota media de entre un 3,7 y un 4,2 y solo los vecinos de Ciutat Vella son los más benevolentes a la hora de puntuar al consistorio con un 4,6.

APARCAMIENTOS MÁS BARATOS

Curiosamente, una de las peticiones ciudadanas más demandadas que se desprende de la encuesta municipal, es el aumento de las plazas de aparcamiento y el abaratamiento de las tarifas.

Esta reivindicación aparece como la sexta más solicitada en una lista de 21 demandas al Ayuntamiento, un extremo que contrasta con la política reduccionista de aparcamientos del consistorio. De hecho, en los últimos 15 años, Barcelona ha eliminado más de la mitad de los estacionamientos en la calle, pasando de 192.771, en 2005, a 93.786 a finales de 2020.

A la reducción de oferta de aparcamiento en la ciudad se suma la subida de las tarifas públicas por aparcar el vehículo en plazas que son de titularidad municipal. En 2020 en plena desescalada de la pandemia el precio público por estacionar en la zona verde y azul aumentó entre 0,75 euros y 1,25 euros la hora, dependiendo del tipo de vehículo y su etiqueta medioambiental. Esta política alcista se ha mantenido congelada en los dos últimos años. A ello hay que añadir la reciente subida de este año del 5,9% aplicada en la red de B:SM, los que operan bajo la marca Saba Barcelona (BAMSA) y otros dependientes del consistorio barcelonés.

Esto ha hecho que las cuentas de B:SM, la empresa municipal que se encarga de la gestión de los aparcamientos municipales subterráneos y de los aparcamientos de AREA, se hayan resentido positivamente. Mientras los ingresos para el año 2020, fueron cerca de 48 millones, en el año 2021, después de la pandemia, estos ingresos subieron hasta los 64 milones de euros, y para el año 2022, se estiman una facturación de más de 70 millones.