Así lo defendió en el transcurso de una entrevista en TVE recogida por Servimedia y previa al encuentro que esta mañana mantendrá la propia Ribera con el consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña, David Mascort.

“A mí me produce una enorme tranquilidad, y creo que a la ciudadanía se la debe producir también, que sea alguien como la vicepresidenta Ribera quien esté a cargo de este dispositivo”, insistió, consciente de que “no estamos ante un problema coyuntural, no estamos ante un episodio extraordinario”, sino que, a su juicio, este episodio es “una premonición” y “prefigura a qué se va a parecer nuestra vida en las próximas décadas”.

Tras subrayar que el cambio climático “produce este tipo de manifestaciones y de efectos”, aseveró que, “por supuesto”, el Gobierno “va a dar una respuesta al problema de la sequía en Cataluña” y a “garantizar” que el agua “no falte allí donde debe llegar”.

“El Ministerio de Transición Ecológica y la vicepresidenta Ribera estará a cargo de ese plan, que estoy absolutamente convencido de que va a garantizar todos los suministros en los sectores esenciales; por supuesto el uso doméstico, pero también en aquellos económicos”, sentenció.

Con todo, urgió a “abordar esta crisis desde un desde una perspectiva más amplia” dada la “evidencia” de que fenómenos como este “van a producirse más habitualmente, se van a ir superponiendo”. “Esto son manifestaciones de un cambio estructural que requiere que adaptemos toda nuestra forma de producir, toda nuestra forma de consumir, toda nuestra forma de concebir la actividad económica”, aseguró, sabedor de la importancia de “adaptarnos” a ese escenario.

En este punto, hizo hincapié en que al hablar de transición ecológica “no estamos hablando sencillamente de cambios cosméticos”. “Estamos hablando de un cambio estructural”, abundó, para reiterar que episodios como el que vive Cataluña “deben servir para generar conciencia sobre la necesidad y la urgencia de actuar”.

“Esto no es una cuestión coyuntural, ni superficial, tenemos que transformar nuestra economía en profundidad y tenemos que hacerlo con una agenda de redistribución y de justicia social porque, si no hay justicia social, si no se garantizan los derechos universales de la ciudadanía, va a ser imposible acometer una transformación y un cambio de esa profundidad estructural que necesitamos”, resolvió.