Discapacidad

Bustinduy y Urtasun denuncian los “desafíos” que “obstaculizan” la participación cultural de las personas sordas y prometen “cuidar” su “legado”

- En el acto por la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de las expresiones culturales vinculadas a la lengua de signos española

Madrid
SERVIMEDIA

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, consideró este jueves que, “a pesar de todos los avances”, siguen “persistiendo obstáculos y desafíos en los entornos culturales y en el ámbito de la creación artística que obstaculizan la participación plena de las personas con discapacidad en la vida cultural”. Por ello, el titular de Cultura, Ernest Urtasun, expresó el “compromiso” del Gobierno con las personas sordas y con la lengua de signos como “vehículo lingüístico y legado cultural que debemos cuidar y promover”.

Así lo defendieron durante su intervención en el acto que presidieron para celebrar junto a la comunidad sorda la aprobación, en febrero y a propuesta de ambos ministerios, de la declaración como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial de las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda y la lengua de signos española (LSE), que tuvo lugar en la sede de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE).

En el transcurso de su alocución, Bustinduy calificó de “hito” el “reconocimiento” de estos “derechos lingüísticos” y quiso “reivindicar” la LSE y la cultura sorda como “una cuestión de valor esencial no solo para la comunidad sorda, sino para la sociedad española en su conjunto”.

“No hay nada más político que una lengua, desde la lengua se construye lo común y nuestra forma de estar en el mundo, las lenguas son indispensables para ser en comunidad y para el ejercicio efectivo de los derechos humanos y no hay libertad, igualdad ni democracia sin un acceso equitativo a la cultura”, espetó, para estimar que, por eso, “es obligado reconocer que, a pesar de todos los avances, hoy siguen persistiendo obstáculos y desafíos en los entornos culturales y en el ámbito de la creación artística”.

Unas “barreras”, que, recordó, “muchas veces son físicas, pero otras muchas son sensoriales” y que “obstaculizan la participación plena de las personas con discapacidad en la vida cultural”, lo cual, según su criterio, “supone una desigualdad democrática inaceptable”.

REFLEJO DE LA SOCIEDAD DIVERSA Y PLURAL

“Es una obligación que nuestros museos, bibliotecas, conciertos, todas las expresiones de nuestra vida cultural, sean un reflejo de la sociedad diversa y plural en que vivimos. Por eso la declaración de las expresiones culturales vinculadas a la cultura sorda como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial es tan importante”, abundó, para señalar que es “una muestra” de las “iniciativas y políticas” que la administración debe “desplegar para hacer que nuestra cultura se parezca más a nuestro país, para que refleje mejor quiénes somos”.

“Y lo hace, además, donde debe hacerse, en el BOE”, aseveró, convencido de que, para los poderes públicos, “se trata de un deber, de una obligación”, mientras que para las personas con discapacidad “es un derecho de ciudadanía”, por lo que adelantó que, junto al Ministerio de Cultura, su gabinete va a “seguir avanzando en esta senda”, porque es “una cuestión de compromiso y de responsabilidad profundizar en este camino y garantizar la inclusión, la plena autonomía y la igualdad efectiva” de la comunidad sorda.

En este contexto, hizo hincapié en que “los niveles de bienestar, inclusión e igualdad que alcancemos, especialmente para las personas que enfrentan situaciones de mayor vulnerabilidad o barreras mayores para el ejercicio de sus derechos, nos definen como sociedad y como democracia y, por tanto, cada avance es universal en su espíritu y en sí mismo”.

“La lengua española de signos representa una forma singular de representar y de recrear el mundo, es parte de nuestra identidad y de la riqueza colectiva de nuestro país, por eso para el Gobierno de España es un placer poder reconocerlo hoy públicamente y con toda solemnidad”, resolvió.

LA DIVERSIDAD, UN DESAFÍO

Por su parte, Urtasun advirtió de que la “diversidad” representa “un desafío, una pregunta, el cuestionamiento de todas nuestras certezas”, convencido de que en ella “radica también el poder de las lenguas”.

Tras subrayar que patrimonio “son también aquellos bienes intangibles que delimiten el perímetro de una cultura”, afirmó que la LSE y las expresiones culturales y la cultura sorda “amplían ese perímetro, hacen más grande nuestra cultura, la comprensión colectiva de nuestra realidad y contribuye definitivamente a eliminar las barreras que impiden el paso de las personas sordas”, de las que, a su juicio, “en muchos casos, las personas oyentes no somos conscientes”.

A este respecto, urgió a “pensar” en “lo largo y difícil que ha sido el camino de la normalización de la LSE hasta nuestros días, en lo que sus usuarios han vivido” así como a “celebrar” este “paso hacia la accesibilidad” para una comunidad sorda que, a su entender, “es, en sí misma, un ejemplo de inclusión”.

Por último, volvió a “expresar públicamente” el “compromiso” de ambos ministerios “con las personas sordas y con la LSE como vehículo lingüístico y legado cultural que debemos cuidar y promover” y que se “extiende” también al “derecho” de la comunidad sorda “a la creación, al acceso a los bienes culturales y a la participación en la vida cultural de nuestro país”, todos ellos, dijo, “derechos culturales que no deben conocer fronteras lingüísticas y que nos garantizan un desarrollo social y cultural en igualdad”.

ORGULLO

En la misma línea, el presidente de la CNSE y su Fundación, Roberto Suárez, se confesó “orgulloso” por haber obtenido el “reconocimiento” de la “identidad y cultura” de la comunidad sorda, si bien, a partir de ese “logro”, llamó a “coger fuerzas y defender y promover esa identidad así como la cultura propia de las personas sordas”.

La jornada, que arrancó con una actuación cultural protagonizada por la Compañía Teatral de Personas Sordas El Grito, incluyó también un diálogo en el que participaron la directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse), María Luz Esteban, el profesor emérito de Derecho Administrativo de la UNED y experto en Derechos Culturales Jesús J. Prieto y la actriz sorda Gemma Piriz.

Esteban lamentó que la LSE “históricamente ha estado estigmatizada y minorizada” y que aún hoy enfrenta “riesgos y amenazas”, si bien valoró que, “cuanto más se ha avanzado en el estatus lingüístico de la lengua de signos como lengua natural, la comunidad y las asociaciones de personas sordas se han preocupado por preservar y proteger su patrimonio cultural”.

Asimismo, abogó por “potenciar” el conocimiento de este “acervo cultural” además de por “impulsar su transmisión intergeneracional y fomentar la sensibilización, la valoración social y el respeto” al mismo, además de por articular “medidas, programas, proyectos, estrategias y acciones que ayuden a preservar este patrimonio cultural”.

En el mismo sentido, Jesús J. Prieto instó a la administración a desarrollar políticas culturales “ordenadas y específicas” que se “centren en la idea de la lengua de signos y la cultura sorda como objeto de derechos culturales” así como “políticas de estímulo, fomento y promoción” de las mismas, sabedor de que se trata de una lengua y una cultura “vulnerables” y la actriz sorda Gemma Piriz admitió que le da “miedo que desaparezcan”, por lo que apostó por “seguir empoderando a la comunidad” y por “legar” su patrimonio cultural “a generaciones venideras”.

(SERVIMEDIA)
04 Abr 2024
MJR/clc