Moral expuso esta demanda en un diálogo sobre Madrid, ejemplo de Accesibilidad e Inclusión’ organizado por el Ayuntamiento de la capital y la agencia de noticias Servimedia, donde también participaron la directora general de Accesibilidad Universal del Consistorio, Noelia Cuenca; el director general de Atención a la Ciudadanía, Fernando Carrión; y la subdirectora de RSC y Transparencia de Madrid Destino, Vanessa San José.

Desde hace tiempo, Cermi Madrid impulsa una campaña para eliminar los carriles bici de todas las aceras de la capital, recordó Moral. “Hemos trabajado con el Ayuntamiento y lo cierto es que ya no se habilitan nuevos carriles".

Sin embargo, “pedimos la eliminación total de los que ya existen”, prosiguió, porque “hay zonas verdaderamente peligrosas” para las personas con discapacidad, mayores y otros peatones vulnerables.

A su juicio, “los vehículos de movilidad compartida como patinetes y bicicletas", incluidas las del Ayuntamiento, "ponen en situaciones de seguridad muy complejas a gran parte de la ciudadanía”, en especial, "a quienes tenemos discapacidad”. “Nos están expulsando de las aceras a muchos ciudadanos”, reiteró.

Noelia Cuenca admitió los inconvenientes de estos vehículos y se mostró dispuesta a “buscar soluciones”, porque “no podemos avanzar en mejoras como sostenibilidad y protección del medioambiente si retrocedemos en otros ámbitos también importantes, como la seguridad o la accesibilidad”.

Por otro lado, Moral se refirió a un problema que no es exclusivo de la ciudad de Madrid, sino de todo el Estado, pero que impacta en gran medida en los vecinos con discapacidad que viven en la capital. “Cada vez hay menos taxis adaptados”, lamentó.

“España llegó a ser referente mundial en este ámbito”, y “lamentablemente, hemos retrocedido”. "Cada año hay menos”, subrayó, con lo que resulta muy difícil “reservar”.

Según declaró, hoy en día, reservar un taxi adaptado con un día de antelación para que una persona con movilidad reducida vaya al aeropuerto, al médico o a otra cita “es simplemente imposible”. “Hay que llamar por teléfono y esperar que justo haya uno disponible”. "Como es lógico, esto limita el disfrute de derechos a muchas personas con discapacidad”, concluyó.