Así lo precisó en un comunicado en el que explicó que el CUME es una prestación dirigida a progenitores que reducen su jornada laboral para cuidar de manera directa, continua y permanente a sus hijas e hijos con una enfermedad grave o discapacidad, como ocurre hasta en un 75% de las madres de menores con parálisis cerebral.

En este sentido, subrayó que esta ampliación del CUME para las familias de personas con parálisis cerebral, grandes necesidades de apoyo y discapacidades afines "ha sido una demanda habitual del Movimiento Aspace", puesto que el 80% de las personas con parálisis cerebral precisan de cuidados y apoyos "continuos durante 24 horas los siete días de la semana".

Tras explicar que, hasta ahora, el CUME se otorgaba a familias con hijos e hijas con enfermedad grave hasta los 23 años, agregó que, con esta reforma, se modifican varios artículos de la Ley General de Seguridad Social y defendió que el “avance principal es que se prevé la ampliación hasta los 26 años”.

En concreto, se establecen dos tramos: hasta los 23 años, que incluye cáncer y otras enfermedades, así como el cuidado permanente de personas con discapacidad; y desde los 23 a los 26, que solo sería aplicable a personas con discapacidad y grandes necesidades de apoyo, ya que se establece la necesidad de que el hijo o la hija tenga reconocida una discapacidad igual o superior al 65%.

En este punto, pese a celebrar dicha ampliación, la presidenta de Confederación Aspace, Manuela Muro, insistió en que la situación de exclusión social y laboral de las madres de personas con parálisis cerebral “volverá a aparecer al cumplir los 26 años”, por lo que juzgó “necesario ampliarla a toda la edad adulta para garantizar su conciliación laboral y familiar”.

Otro de los artículos modificados se centra en la situación de la unidad familiar y garantiza el acceso a la prestación a aquellas familias formadas por una sola persona progenitora, sea cual sea su situación laboral.

En este aspecto, Confederación Aspace puntualizó que anteriormente el CUME se “extinguía” si la unidad de convivencia “se deshacía” y uno de los progenitores dejaba de trabajar. “Esto ocurría así porque se equiparaban a las familias beneficiarias con aquellas compuestas por dos progenitores”, sentenció.

“Ahora, en caso de situación de nulidad, separación, divorcio o violencia de género, la prestación se mantendrá para que quien conviva con la persona con parálisis cerebral pueda seguir desempeñando los cuidados necesarios”, advirtió la Confederación Aspace, para la que esta medida “garantiza la atención a las necesidades de apoyo” de la persona con parálisis cerebral y “preserva el futuro profesional de quien ejerce los cuidados”.