Mutilación genital

Dos españolas despiden el año corriendo en Kenia en contra de la mutilación genital femenina

MADRID
SERVIMEDIA

Mónica y Elena, de la ONG española Wanawake Mujer, han despedido el año corriendo una maratón por Kenia para reivindicar el fin de la mutilación genital femenina (MGF) y lo han hecho a lo largo de 42 kilómetros, la distancia que muchas niñas recorren cuando huyen de sus aldeas para escapar de esta práctica.

Las dos corredoras aseguraron que corren por deporte pero “las niñas lo hacen para salvar la vida”. Por ello, recorrieron el entorno del Parque Natural Masai Mara, donde atravesaron aldeas y se encontraron con los animales de la sabana.

Pero este recorrido no lo hicieron solas porque estuvieron acompañadas por las verdaderas protagonistas de esta historia: las niñas kenianas que se escaparon de esta cruenta violación de los derechos humanos.

Las jóvenes corrieron por tramos, acompañando a las corredoras españolas, y juntas, entraron en meta en el centro de rescate para niñas huidas de la MGF ‘Tasaru Ntomonok’), con una gran pancarta en la que se podía leer ‘En 2023 seguiremos luchando contra la mutilación’ .

Tal y como aseguró Elena, la segunda corredora, “poder compartir este trayecto con todas estas jóvenes hizo que no pensáramos en los kilómetros porque ellas sí que son fuertes y luchan por un futuro diferente, a través de la educación, ya que educar a una niña supone salvarla”.

200 MILLONES DE MUJERES

La MGF consiste en la extirpación parcial o total de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. En el mundo, más de 200 millones de mujeres y niñas han sido mutiladas y 68 millones de niñas corren el riesgo de sufrir la mutilación genital femenina antes de 2030, según datos de Unicef.

Más de 20 países la practican y es muy habitual en Somalia, Guinea, Sierra Leona o Egipto, pero también en Irak, India, Malasia o Indonesia. Incluso se estima que en Europa unas 180.000 mujeres y niñas corren el riesgo de ser sometidas a esta práctica todos los años, según datos del Parlamento Europeo. Las consecuencias son gravísimas para su salud física y psicológica. Se limita su capacidad para el disfrute del placer sexual y se pone en riesgo su vida.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, se comprometió "personalmente" a alcanzar el fin de la MGF, una práctica que, no obstante, sigue vigente en el país africano a pesar de que fue criminalizada en 2011. Kenia es uno de los países más avanzados de África Subsahariana en la lucha contra la MGF, pero la irrupción de la covid-19 supuso un duro golpe en los avances logrados a nivel nacional, rompiendo ese objetivo de cero casos a final de 2022.

KENIA

En marzo de 2020 el gobierno de Kenia decretó el cierre de las escuelas para frenar el avance de la pandemia, lo que supuso un aumento de los casos de MGF, ya que los centros educativos, además de formación, ofrecen seguridad y prevención para las menores que se encuentran en su mayoría en régimen interno.

En un ámbito como el rural, donde vive el 74% de la población, la desprotección es mayor ya que el arraigo de la práctica de la MGF es muy fuerte (el 85% de las mujeres pertenecen a este entorno). Las familias tienen miedo al rechazo social y la pobreza impulsa una práctica que precede a un matrimonio con el que recibirán una dote. Además, las redes de protección se debilitan y los servicios de educación sexual y reproductiva se pierden.

(SERVIMEDIA)
31 Dic 2022
ABG/mjg