Día Mundial Ostomizado

Un escalador ostomizado capaz de subir cumbres nevadas ayuda a otros pacientes a asumir su ostomía

- Depende de una bolsa pegada al abdomen para expulsar las sustancias de deshecho

- Hoy 7 de octubre se celebra el Día Mundial del Paciente Ostomizado

Madrid
SERVIMEDIA

Antonio Hermoso es un escalador ostomizado capaz de subir cumbres nevadas y de cambiar su bolsa durante la travesía. Además, realiza labores de voluntariado con otros pacientes, a los que ayuda a vivir con una bolsa pegada al abdomen para poder realizar una función vital como es eliminar heces y orina.

Por ello, el Colegio de Enfermería de Granada le ha nominado a un premio del Consejo General de Enfermería (CGE) en su categoría de 'ajeno a la profesión', en la que compite junto con otros candidatos como el actor Antonio Resines.

La vida de Antonio dio un vuelco a los 51 años, hace 13, cuando le dijeron que su supervivencia pasaba por llevar una bolsa pegada al abdomen para eliminar los deshechos, tras una operación de cáncer de colon.

Como él, unas 16.000 personas al año son operadas en España de diversas patologías oncológicas, gástricas o intestinales y acaban con una bolsa puesta. En el 20% de los casos la situación es reversible y podrán recuperar sus funciones orgánicas en unos meses, pero el otro 80% de los pacientes deberán portar la bolsa de ostomía toda la vida.

Esto último sucedió con Hermoso, que ahora tiene 64 años y es presidente de la Asociación de Ostomizados de Granada (Aogra), entre otros colectivos de pacientes. Y quizá lo más increíble es que hace montañismo y es capaz de coronar cumbres nevadas y de cambiar su bolsa en pleno ascenso “sin ningún problema”.

Además, este escalador, que ha hollado ocho picos en Andalucía, ha descubierto gracias a su ostomía que tiene madera de voluntario y puede transmitir a otros pacientes los trucos y consejos necesarios para cambiar su bolsa o cuidar el estoma, el orificio practicado en el abdomen por el cual salen las heces hacia la bolsa.

VIVOS GRACIAS A LA BOLSA

Pero lo más importante de todo, el voluntario ayuda a otros pacientes a asumir que "gracias a la bolsa están vivos". En la web que recoge la candidatura de Antonio Hermoso, las enfermeras granadinas dicen de él que "ha pasado de ser un mero paciente ostomizado" a presidir dos asociaciones de pacientes que ayudan a los pacientes: la Asociación de Ostomizados de Granada y la Asociación de personas con la enfermedad de Crohn y/o Colitis ulcerosa de Granada (ACCU), además de ser portavoz de la Plataforma de Asociaciones de Pacientes de Granada.

Destacan también que "realiza una labor encomiable" como voluntario en todos los centros hospitalarios de Granada y está en contacto permanente con los profesionales de Enfermería.

Además, es formador experto y colaborador de la Escuela de Pacientes en la Escuela Andaluza de Salud Pública, donde "reconoce y difunde el papel de las enfermeras allí donde va y con él han entrado las Asociaciones de Pacientes en la Facultad para impartir seminarios a los estudiantes del Grado en Enfermería".

Antonio lo confirma en una entrevista a Servimedia. Lleva años colaborando con las enfermeras y se siente como "la voz de mucha gente que colabora con las especialistas de Estomaterapia", que es como se denomina esta especialidad.

Las estomaterapeutas son un puntal en la vida de Hermoso, ya que le han ayudado a cuidar su propia ostomía y también son artífices en la sombra del trabajo de voluntariado que él realiza. “Son las que te abren las puertas de los hospitales, de las habitaciones de los pacientes. Ellas son las que hablan con los enfermos y les cuentan quiénes somos, nos facilitan todo el trabajo”.

DISCAPACIDAD Y OSTOMÍA

Llevar una ostomía en el cuerpo hizo que la incapacidad y la discapacidad entraran en su vida, y le apartaran de su labor profesional. Antonio Hermoso viajaba muchos días a la semana, dormía en hoteles y tenía que comer fuera de casa por su trabajo. Además, al tener otra patología, colitis ulcerosa, unida a la ostomía, su caso derivó en una incapacidad absoluta. "Pero la ostomía no es sinónimo de jubilación, que quede claro; depende de los trabajos, la edad y las patologías asociadas", advierte.

Precisamente, desde la Federación de Asociaciones de Personas Ostomizadas de España (Fapoe) se presentó el pasado 5 de octubre un decálogo de derechos de los pacientes que incluye "la creación de una figura dentro de los hospitales" que les ayude a solicitar la incapacidad o el grado de discapacidad que corresponda a cada enfermo, que ve como un mundo el hecho de salir a hacer papeleos con una ostomía recién hecha.

Sin embargo, según cuenta el presidente de Aogra, su vida se ha "ensanchado" desde que trabaja como voluntario para ayudar a las personas con ostomía. “Creo que hago más vida que antes de operarme. Yo viajaba mucho y vivía bien en lo económico, pero desde que me jubilé, dedico el tiempo a lo que me apetece que es el voluntariado y a escalar en alta montaña, sobre todo en invierno”.

CÓMO ADAPTARSE A LA BOLSA

No generar una dependencia en el cambio de bolsa es el objetivo de los talleres que imparte Antonio entre los pacientes con una ostomía reciente. Porque existe un perfil de persona con ostomía, que es el de un varón mayor de 60 años y casado, que es más propenso a delegar en su mujer el cambio de dispositivo, lo que es nocivo para el ostomizado y para su familiar, obligado a estar pendiente de los cambios constantemente.

La situación contraria es más difícil de ver. “Yo no he conocido aún a una señora que delegue en su marido el cambio de bolsa o la limpieza de la ostomía”, detalla el voluntario.

“Nosotros precisamente educamos a la gente en el manejo de los dispositivos, aunque lo hagan muy bien en los hospitales. Ayudamos en lo que podemos para que las personas logren lo antes posible ser autónomas, salgan a la calle o realicen actividades sociales sin problemas”.

Según Hermoso, la vida de los pacientes cambia cuando se dan cuenta de que el dispositivo pega bien, comprueban que no se nota, ni abulta y que no se escapan olores, gracias a que la bolsa es un compartimento estanco que lleva filtros de carbono. Es entonces cuando "los miedos se van disipando”.

"Les decimos que, si antes iban al servicio y no necesitaban a su mujer para limpiarles, ahora tampoco lo necesitan porque además se están haciendo el cambio de bolsa frente a un espejo”, prosigue.

EL CASO DE COSME

Uno de los pacientes a los que ha ayudado Antonio Hermoso se llama Cosme Cervantes, que es un admirador de su maestro en cuestiones de estoma y ostomía. Además, alaba sus gestas deportivas. "Antonio hace alta montaña, se atreve con todo. A mí me ha enseñado a ser independiente", afirma este marmolista de 60 años, que ya no va a poder desempeñar esta profesión, en la que pueden levantarse piedras de unos 100 kilos. Ahora le está prohibido levantar peso.

Cervantes tuvo un cáncer de colon y tras la operación le pusieron la bolsa hace pocos meses. Aún no sabe si será definitiva. "Tengo que estar preparado mentalmente por si es definitiva, porque a mí me gusta asumirlo todo desde el minuto cero y empezar a funcionar. He sido así siempre. Hay que tener la cabeza muy bien amueblada y poseer fortaleza psicológica porque la ostomía puede durar mucho tiempo", asegura.

Las personas que sí necesitan ayuda para los cambios de bolsa pueden ser ciertos pacientes con Parkinson o con cierta discapacidad visual, pero al margen de algunos casos puntuales, todos los pacientes pueden hacer los cambios de los discos con la bolsa.

Hay todavía otra asignatura pendiente para los 200.000 ostomizados españoles, que es disponer de baños adaptados en los principales edificios y espacios públicos de la ciudad, y en ello está insistiendo la Fapoe.

Para Antonio Hermoso, dichos aseos facilitan mucho los cambios. "Si te tienes que cambiar una bolsa, necesitas quitarte la camisa, la chaqueta, estar cómodo en cuarto de baño que tenga una percha, con un grifo adecuado y un espejo a la altura, para poder hacer cambio con tranquilidad”, concluye en una entrevista a Servimedia.

(SERVIMEDIA)
07 Oct 2023
CAG/pai