Esta investigación "pionera en el ámbito del Tercer Sector de la Acción Social", realizada por los catedráticos de las universidades de A Coruña y Oviedo Marta Rey y Luis Ignacio Álvarez", identifica "fortalezas y desafíos clave para avanzar hacia un modelo más inclusivo y duradero de apoyo a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, y a sus familias", informó Plena inclusión España.

El 'Estudio de caracterización de las organizaciones de Plena inclusión dirigido a la sostenibilidad', ofrece, a partir de datos recogidos entre 2022 y 2023, una "radiografía detallada del desempeño de las organizaciones en cuatro dimensiones clave de sostenibilidad: gobierno, capacidades organizativas, sostenibilidad financiera y sostenibilidad social".

"Este informe nos permite conocer mejor nuestras fortalezas y nuestros márgenes de mejora, y nos orienta en el camino hacia una mayor resiliencia organizativa y sostenibilidad a largo plazo", explicó la presidenta de Plena inclusión España, Carmen Laucirica.

El trabajo, que cuenta con infografías explicativas, formula 18 recomendaciones prácticas que pueden aplicarse a nivel territorial, entre las que destacan "reforzar la formación y el relevo generacional en los órganos de gobierno, impulsar una cultura de evaluación interna para mejorar la toma de decisiones y fomentar la innovación colaborativa entre entidades del movimiento asociativo". Además destaca la importancia de "diversificar ingresos, reduciendo la dependencia de la financiación pública; mejorar la coordinación territorial y adaptar la oferta a las necesidades locales; e introducir criterios de sostenibilidad social y ambiental en la contratación de proveedores".

Las entidades evaluadas obtuvieron en general "calificaciones entre el aprobado alto y el notable bajo" en sus autoevaluaciones: "Se observaron puntos fuertes en el cumplimiento de la misión, la calidad de los servicios o la comunicación con los grupos de interés". No obstante, el análisis también reveló "retos comunes, como la escasa participación en los órganos de gobierno, la falta de evaluación interna o la limitada diversificación de fuentes de financiación".

El Equipo de Sostenibilidad de Plena inclusión canalizó la demanda de las propias entidades integradas en esta asociación, lo cual cristalizó en este informe, que segmentó a las entidades en función de su nivel de sostenibilidad, y observó que "aquellas con mejores resultados comparten ciertos rasgos: mayor tamaño, mayor equilibrio de género en sus órganos de gobierno y una mayor inclusión de personas con discapacidad en sus equipos; pero también se constataron buenas prácticas en entidades pequeñas".