“La investigación emerge como una contribución fundamental en el ámbito de las ciencias sociales para arrojar luz sobre la maternidad de mujeres con discapacidad física, una realidad frecuentemente invisibilizada”, informó el Cermi en un comunicado.

A través de un enfoque interseccional y una metodología cualitativa basada en entrevistas exhaustivas, este estudio -cuya autora es la investigadora social Helena Pérez de la Merced-, analiza los “obstáculos materiales y simbólicos” a los que se enfrentan las madres con discapacidad física, sus estrategias de adaptación y la manera en que desafían los estereotipos dominantes sobre maternidad y discapacidad.

Según se desprende del informe, circunstancias como el hecho de nacer con una discapacidad congénita o que la discapacidad haya sobrevenido a lo largo de la vida, tener pareja o disfrutar de independencia económica son “aspectos tremendamente relevantes” a la hora de decidir ser madre.

Respecto al “mito del hijo cuidador”, las entrevistas realizadas desvelan que no es lo habitual y, de hecho, los hijos de madres con discapacidad viven con “naturalidad” este hecho e incluso “ven como una suerte que su madre tenga silla, use moto o vaya en un carrito”.

En relación con el embarazo y el parto, aunque en su mayoría las mujeres han expresado “sentimientos positivos” en relación con esa etapa de la maternidad, muchas relatan “una mala atención médica en relación con el hecho de que el personal sanitario le hable a la persona que las acompaña en lugar de hablarle a ellas y no las tenga en cuenta”.

La mayoría temen también que el embarazo empeore su salud y desvelan que “echan en falta”, debido a su discapacidad física, “jugar, dar paseos, coger en brazos, cogerles de la mano, hacerles las coletas o bañarles”.

“Sin embargo, frente a estas actividades de la crianza que no pueden realizar, estas limitaciones se convierten en una oportunidad para los hijos e hijas y para las madres. Entre los aspectos positivos se encuentra el hecho de que estos niños y niñas son más independientes”, recoge el análisis.

Todas las entrevistadas relatan, además, “una falta de accesibilidad en el aspecto de la atención médica que tiene que ver con ellas (servicios ginecología y obstetricia) pero también con sus hijos (servicios de pediatría). Otra área en la que se echa de menos la accesibilidad es en espacios como el colegio, los parques o las salas de juegos para niños”.

La tesis doctoral que sirve de soporte al estudio ha sido distinguida con el Premio de Investigación Generosidad 2024, un reconocimiento instituido por la FCM, cuyo propósito es distinguir investigaciones inéditas de excelencia que combinen el enfoque de género, discapacidad y derechos humanos.