Estas son algunas de las propuestas y conclusiones que recoge su estudio sobre 'Las personas con daño cerebral adquirido en el medio rural', presentado por la directora de Fedace, Mar Barbero Lázaro, en un encuentro informativo celebrado en Servimedia.

Junto a ella participaron la presidenta de la Asociación Ictus de Asturias (Asicas), Mª Jesús Rodríguez; la trabajadora social de la Asociación Adacea Jaén Marina Ozaez; la trabajadora social de la Asociación Adace Castilla-La Mancha en Cuenca y Guadalajara Celia Buedo; la neuropsicóloga de la Asociación Adacebur de Burgos, Inmaculada García Jorge; la trabajadora social de la Asociación Sarela de Santiago de Compostela Laura Segade y Diego, persona con daño cerebral adquirido y usuario de dicha asociación.

Tras puntualizar que el DCA puede estar causado principalmente por ictus (80%), traumatismo craneal, accidentes de tráfico o laborales (18% en conjunto), anoxia, infección o tumor cerebral y que la vida de estas personas cambia “súbitamente” debido a unas secuelas por las que llegan a tener un 90% de discapacidad, la directora de Fedace lamentó que “prácticamente no existen recursos” para ellas en el mundo rural y que “esto empeora su calidad de vida”.

Por esta razón, también destacó la necesidad de implementar políticas públicas “orientadas” a la población rural, a estas personas y a sus “necesidades”, siempre “desde un enfoque en derechos”, y por proporcionar formación a profesionales de atención socio-sanitaria sobre DCA, para que “conozcan específicamente” la atención que requieren estas personas.

En paralelo, el informe, realizado junto al Observatorio Estatal de Daño Cerebral y con la colaboración técnica de Intersocial y el apoyo de la Universidad de Salamanca y la Fundación ONCE, apuesta por impulsar campañas informativas dirigidas a la población rural sobre DCA y los recursos de atención que hay a disposición de los afectados y reclama la articulación de una red de servicios de transporte y movilidad en entornos rurales “desde la accesibilidad universal”, además de la reducción de la brecha digital, que la directora de Fedace también consideró "clave".

AYUDAS Y APOYO A LAS ASOCIACIONES

Junto a ello, demandó el establecimiento de ayudas económicas para “mejorar” la accesibilidad en las viviendas de estas personas y reforzar el “apoyo” a las entidades del movimiento asociativo de daño cerebral para “extender sus redes” de ayuda a la población rural.

En este punto, Barbero hizo una radiografía del DCA en España a partir de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia 2020 del INE, según la cual el 23% de las personas con DCA vive en zonas rurales (municipios de menos de 10.000 habitantes), un 27% en zonas intermedias (municipios de entre 10.000 y 50.000) y un 50% en zonas urbanas (municipios de más de 50.000) y subrayó que el DCA “es una realidad también en el mundo rural", convencida de que la disposición “básicamente urbana” de los recursos especializados en DCA “repercute” en la calidad de vida de estas personas que viven en municipios “pequeños y alejados”.

Tras señalar que, por su situación, tienen “necesidad” de recurrir a medios de transporte “frecuente, accesible y con apoyo”, se mostró consciente de que las personas con DCA en el medio rural “tienen que asumir gastos extra” para poder acceder a recursos o servicios y de que este hecho “excluye a personas con bajos ingresos”.

Por todo ello, denunció que la “ruralidad” supone “un factor de discriminación” para la “inclusión” de las personas con DCA, al igual que la edad y la accesibilidad en el entorno y en las viviendas, teniendo en cuenta que el 22% de las personas con DCA viven solas y el 24%, en pareja sin hijos y, en las zonas rurales, el 27% de estas personas vive en hogares unipersonales.

PREVALENCIA DEL DCA

En cuanto a la prevalencia del DCA en España, la directora de Fedace explicó que las comunidades con una tasa de prevalencia más alta son la Comunidad Valenciana, La Rioja, Asturias y Galicia, mientras que las regiones con “mucho” mayor porcentaje de personas con DCA en el medio rural serían Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Galicia.

Además, subrayó que, según la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia del INE, las personas con DCA presentan “mayoritariamente” problemas de movilidad (71,2%) y “dificultades” en la realización de las tareas domésticas (64,4%) y el autocuidado.

Asimismo, resaltó que el 80% de estas personas tiene “dificultad” para utilizar “con normalidad” las nuevas tecnologías a causa de su discapacidad; el 57% presenta problemas para desenvolverse en medios de transporte; casi el 52% acusa dificultad para desenvolverse con normalidad en los edificios públicos y el entorno urbano próximo y hasta un 53% incluso en su vivienda y alrededores, convencida de que la necesidad de recursos “es general y todavía más en el mundo rural”.

Por todo ello, reclamó a las formaciones políticas que concurren este domingo a las elecciones municipales y autonómicas “que se defiendan los recursos en el mundo rural” para atender a estas personas y les recordó que “se apoya con recursos, con apoyo al movimiento asociativo para que puedan extender las redes de apoyo a las personas en el entorno rural” y que resulta “importantísimo que se dediquen más presupuestos para mejorar la calidad de vida y la inclusión de las personas con DCA”.