Prevención
Fiapas y Codepeh advierten de que el ruido sufrido en edad pediátrica puede causar daños auditivos irreversibles
- Recomiendan reducir el ruido ambiental en unidades neonatales y pediátricas, "donde el sistema auditivo se encuentra en pleno desarrollo y es especialmente vulnerable"
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El ruido ambiental, incluido el recreativo, supone "un riesgo real y creciente para la salud auditiva de niños y adolescentes y puede provocar daños irreversibles que se manifiestan a medio y largo plazo", según la Confederación española de familias de personas sordas (Fiapas) y la Comisión para la detección precoz de la sordera infantil (Codepeh), entidades que han presentado un documento de recomendaciones para concienciar sobre este problema de salud pública y fomentar conductas de escucha segura desde la infancia.
La pérdida auditiva inducida por el ruido representa un creciente problema de salud pública por su alta prevalencia y la falta de conciencia sobre su prevención, según Codepeh, que destaca en un informe que "es especialmente preocupante el impacto en la población pediátrica y los riesgos de presentar una sordera permanente".
El daño por ruido afecta principalmente al oído interno, comprometiendo las células ciliadas, la membrana tectoria y las sinapsis auditivas. Si las exposiciones son prolongadas, además de la sordera, pueden provocar acúfenos, vértigo e insomnio, entre otras consecuencias, según describe el documento de recomendaciones 'Prevención del daño auditivo inducido por el ruido en la edad pediátrica'. Elaborado por Codepeh y realizado en el marco del proyecto impulsado por Fiapas, advierte que "el daño provocado por el ruido es acumulativo y, en muchos casos, irreversible".
Este trabajo se desarrolló gracias a la subvención de la convocatoria del 0,7% para la realización de actividades de interés general consideradas de interés social, correspondientes a la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, y contó además con la cofinanciación de la Fundación ONCE, según indicó Fiapas.
La exposición repetida a sonidos intensos afecta al oído interno, dañando las células responsables de la audición y las conexiones nerviosas implicadas en la comprensión del sonido, incluso cuando las pruebas auditivas convencionales no muestran alteraciones evidentes. Esta circunstancia hace que "muchos casos pasen desapercibidos en las primeras fases, retrasando su detección y aumentando el riesgo de sordera permanente, acúfenos, dificultades para entender el habla en ambientes ruidosos, vértigos o alteraciones del sueño", explica el informe.
Entre las principales recomendaciones de este trabajo, coordinado por los doctores especialistas Faustino Núñez, José Miguel Sequí, Ana Vivanco y José Zubicaray; junto con la directora de Fiapas, Carmen Jáudenes Casaubón, destaca "la necesidad de limitar la exposición al ruido en la vida cotidiana, especialmente en relación con el uso de dispositivos electrónicos de escucha personal, videojuegos, juguetes sonoros y actividades recreativas con música amplificada".
Codepeh recomienda además mantener el volumen de los dispositivos por debajo de niveles elevados y evitar exposiciones prolongadas sin descansos, fomentando hábitos de escucha responsables desde edades tempranas. En este sentido, también recomienda "aplicar pautas de uso seguro que limiten tanto la intensidad como el tiempo de escucha continuada y priorizar dispositivos que faciliten un mayor control del volumen".
ÁMBITOS EDUCATIVO Y SANITARIO
El documento también pone el foco en el ruido en entornos educativos y sanitarios, alertando de que "aulas con mala acústica, espacios sin acondicionamiento adecuado o niveles elevados de ruido ambiental pueden interferir no solo en la audición, sino también en la atención, el aprendizaje y el desarrollo cognitivo". Por ello, se considera fundamental mejorar el diseño acústico de los centros educativos, controlar las fuentes de ruido y adoptar medidas organizativas que faciliten una comunicación adecuada en el aula. En el ámbito sanitario, se subraya "la importancia de reducir el ruido ambiental, especialmente en unidades neonatales y pediátricas, donde el sistema auditivo se encuentra en pleno desarrollo y es especialmente vulnerable".
Otra de las líneas clave de actuación es la educación y la concienciación, según Codepeh, que destaca "la necesidad de formar a familias, docentes y cuidadores sobre los riesgos del ruido y las medidas de protección auditiva, así como de incorporar contenidos de salud auditiva en el currículo escolar". El objetivo es que niños y adolescentes conozcan desde edades tempranas las consecuencias del ruido sobre la audición y aprendan a adoptar conductas preventivas de forma natural en su vida diaria. En este sentido, el comité elaboró además un folleto complementario al documento de recomendaciones y un 'flyer' que destaca de forma sintética los principales consejos.
Asimismo, el trabajo recomienda fomentar el uso de protección auditiva (como tapones o cascos adecuados a cada edad) en situaciones de alta exposición sonora, como conciertos, eventos deportivos o actividades recreativas ruidosas. En los casos en los que no sea posible disponer de estos dispositivos, se aconseja alternar actividades en zonas menos ruidosas y respetar periodos de descanso auditivo para reducir el impacto acumulativo del sonido.
REVISIONES PERIÓDICAS
El documento incide también en la importancia de la detección precoz y el seguimiento audiológico durante toda la infancia y la adolescencia. Aunque el cribado auditivo neonatal sea normal, se recomienda realizar revisiones periódicas de la audición, especialmente en niños y adolescentes expuestos de forma habitual a niveles elevados de ruido o que presenten factores de riesgo añadidos. La aparición de zumbidos, sensación de oído taponado, dificultad para entender el habla o la necesidad de subir el volumen de dispositivos y televisores deben considerarse señales de alerta que requieren valoración especializada.
Codepeh recuerda que "la sordera inducida por el ruido es una de las principales causas de pérdida auditiva adquirida y, al mismo tiempo, la más prevenible". Por ello, hizo un llamamiento a las Administraciones Públicas para que "refuercen las políticas de prevención, regulen los niveles de ruido en productos, servicios y entornos frecuentados por la población infantil y promuevan campañas de sensibilización que visibilicen este problema de salud pública".
El documento de recomendaciones es "el resultado de una revisión exhaustiva de las evidencias científicas más recientes y pretende servir como herramienta de referencia para familias, profesionales sanitarios, educadores y responsables públicos". Su finalidad es contribuir "a reducir la incidencia de la pérdida auditiva evitable, proteger la salud auditiva desde la infancia y prevenir discapacidades futuras que condicionan la calidad de vida en la edad adulta".
(SERVIMEDIA)
29 Dic 2025
EDU/clc


