Lastras contradecía así la versión dada por el fiscal general en fase de instrucción, durante la cual justificó el borrado de mansajes de WhatsApp y de correos electrónicos por los protocolos internos de seguridad del Ministerio Público.

La fiscal insistió en que no tiene “obligación de borrar nada. Hay una guía y como fiscal superior se aconsejaba no utilizar el correo personal y se aconseja que los mensajes que no se necesiten se vayan borrando, pero no por seguridad, sino por capacidad”.

En su declaración, aseguró que “ninguno sabíamos” que Alberto González Amador “era pareja de Isabel Díaz Ayuso. Ni siquiera sabía que tenía pareja”. Relató que 7 de marzo de 2024 la fiscal jefa Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, le informó de la denuncia de delito fiscal contra Maxwell Cremona, la empresa del novio de la presidenta madrileña. Después, Rodríguez le informó de la identidad del investigado y le dijo que había sido alertada por el 'número dos' de la Secretaría General Técnica, Diego Villafañe.

La fiscal jefa de Madrid explicó al tribunal que fue ella la que quedó encargada de escribir la nota de prensa que desmentiría el bulo de que fue la Fiscalía la que ofreció un pacto al abogado del empresario. Lastra indicó que si ella la hubiera redactado no habría sido como la que se difundió, “habría bastado con manifestar que era una conformidad” a propuesta de la defensa, “como otras tantas. No creo que sea nuestro papel desvelar la estrategia de defensa de nadie”.

Lastra explicó en el juicio que advirtió “literalmente” a la fiscal provincial, Pilar Rodríguez, que los correos que acababa de reenviar al fiscal general del Estado iban a acabar filtrados. Minutos antes, Rodríguez negó que la conversación se produjera en esos términos.

Según Lastra, fue ella la que avisó al fiscal general del Estado de la publicación del “bulo” y acordó con García Ortiz difundir un comunicado al día siguiente. A continuación, llamó al fiscal del caso, Julián Salto, que estaba en un partido de fútbol y decidió dejar el asunto para el día siguiente. Sin embargo, Rodríguez le llamó y le instó a enviar los correos de inmediato y el fiscal salió del estadio y los envió.

Ante esta urgencia y tras hablar con Rodríguez, que le confirmó el envío de los documentos, Lastra se quedó “pasmada” tanto por la urgencia como porque le había dicho la fiscal provincial “varias veces” que ella se ocuparía del asunto.