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GESTIONAR LA DIVERSIDAD EN LA EMPRESA MEJORA LA EFICACIA Y LA CREATIVIDAD Y POSIBILITA LA ATRACCIÓN Y RETENCIÓN DEL TALENTO - Fundación Étnor y Florida Universitaria debaten sobre la gestión de la diversidad en la empresa

MADRID
SERVIMEDIA

Gestionar la diversidad en la empresa aumenta la eficacia, fomenta la creatividad y la innovación y posibilita la atracción y retención del talento. Así se ha puesto de manifiesto en unas jornadas organizadas por Fundación Étnor y Florida Universitaria en las que se están debatiendo los beneficios de una gestión correcta de la diversidad.

Roberto Ballester, gerente de la Fundación Étnor ha sido el encargado de inaugurar esta edición analizando la gestión de la diversidad como palanca de innovación empresarial.

Entre los beneficios de una adecuada gestión de la diversidad, Ballester destacó que mejora el "mix" de la fuerza laboral, la eficacia empresarial y ayuda a dar respuesta a nuevas oportunidades de mercado.

También subrayó que genera una buena imagen, posibilita una mayor creatividad e innovación, facilita la atracción y retención de personal, fomenta la implicación y el compromiso, permite asimilar el impacto de la globalización, ofrece un mejor conocimiento para operar en culturas diferentes y mejora la comprensión de las necesidades de los clientes.

Respecto a las dificultades que hay que superar para aprovechar al máximo las ventajas competitivas de la gestión de la diversidad, advirtió del riesgo de no ser consciente de los sesgos culturales, sentirse amenazado al interactuar con otras culturas, ser incapaz de entender o explicar el comportamiento de personas de otras culturas, ser incapaz de transferir a otra cultura los conocimientos, no reconocer cuando la cultura propia influye en el comportamiento o ser incapaz de adaptarse a otra cultura.

Ante estas dificultades, Ballester habló de tres actitudes ante la diversidad. Las empresas pueden ser reactivas, es decir, esperar a que se adapten los demás; pueden tener una actitud pasiva, entender las diferencias culturales pero no actuar de ninguna manera ante ellas, y por último, pueden ser proactivas.

Ser proactivas, explicó, supone "reconocer e interactuar con eficacia con las diferencias culturales y desarrollar habilidades conductuales y competencias que permiten adaptar el enfoque general a las características particulares de la situación".

"Sólo estas últimas", concluyó Ballester, se beneficiarán realmente de las ventajas de una adecuada gestión de la riqueza cultural.

(SERVIMEDIA)
22 Sep 2008
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