Investigación
El hallazgo de un planeta gigante alrededor de una estrella diminuta pone en jaque las teorías sobre la formación planetaria
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El descubrimiento de un exoplaneta gigante orbitando una estrella diminuta -TOI-6894, una enana roja con solo un 20% de la masa del Sol- desafía las teorías actuales en torno a la formación planetaria y abre nuevas preguntas sobre cómo y dónde pueden surgir los planetas gigantes.
El trabajo del hallazgo, publicado en ‘Nature Astronomy’, enuncia que TOI-6894b es un planeta gigante gaseoso de baja densidad, con un radio algo mayor que el de Saturno, pero con solo la mitad de su masa. Su estrella, TOI-6894, es la de menor masa en la que se descubrió un planeta gigante en tránsito, con apenas el 60% del tamaño de la siguiente estrella más pequeña conocida con un planeta similar.
El descubrimiento se enmarca en un proyecto de investigación a gran escala que analiza los datos de la misión Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA, en busca de planetas gigantes alrededor de estrellas de baja masa. El Instituto de Astrofísica de Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC) participó en el estudio.
Uno de los investigadores del IAA-CSIC, Francisco J. Pozuelos, explicó que lo “singular” del trabajo es que, según las teorías actuales, “estrellas tan pequeñas no deberían tener planetas tan grandes, porque no tendrían suficiente material a su alrededor como para formarlos”.
Asimismo, el astrofísico y primer autor del estudio, Edward Bryant, dijo que los investigadores analizaron observaciones de “más de 91.000 estrellas enanas rojas de baja masa en los datos de TESS en busca de planetas gigantes”.
El IAA-CSIC tuvo un papel destacado en el análisis de los datos obtenidos por la misión espacial TESS. “Pudimos detectar que el tránsito de este planeta, es decir, su paso por delante de la estrella bloquea un 17% de su luz, algo poco común que nos permitirá estudiar su atmósfera con gran precisión”, señaló Pozuelos.
Este indicio fue el punto de partida de toda la campaña de observación y análisis que culminó en el descubrimiento. Además, el IAA-CSIC contribuyó de forma clave con observaciones realizadas desde el telescopio de 1,5 metros del Observatorio de Sierra Nevada (OSN), en distintas bandas de luz y en coordinación con otros telescopios internacionales.
El investigador del IAA-CSIC Víctor Casanova especificó que estas observaciones permitieron descartar que se tratara de una “estrella doble eclipsante” —un sistema formado por dos estrellas que orbitan entre sí y, al pasar una por delante de la otra, producen eclipses mutuos— y confirmar que, ”en efecto, estábamos ante un planeta gigante”.
(SERVIMEDIA)
04 Jun 2025
AGG/clc