Medio ambiente

Las hormigas invasoras causan un impacto de 46.000 millones de euros en casi un siglo

- En agricultura y salud pública, según un estudio liderado por el CSC

MADRID
SERVIMEDIA

El coste económico global provocado por el impacto de las hormigas invasoras en la agricultura y la salud pública en términos de bienestar social asciende a al menos 46.000 millones de euros desde 1930.

Así lo explica un equipo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un estudio publicado en la revista ‘Biological Invasions’. El trabajo es fruto de la colaboración con autores de Australia, Chequia, Francia, India, Italia, Japón, Kuwait y Marruecos, y toma datos de InvaCost, la primera base de datos que compila los costes económicos asociados con invasiones biológicas en todo el mundo.

Las hormigas invasoras se encuentran entre las especies más destructivas del mundo, pues, según los autores, pueden alterar gravemente los ecosistemas y son responsables de la pérdida de especies de hormigas nativas, pero también generan un coste económico.

“Como invasoras, las hormigas pueden llegar a ser muy peligrosas para la salud humana y para los animales de granja. Sus características biológicas y ecológicas, su estructura en supercolonias, su alto potencial reproductor y su gran capacidad para monopolizar recursos hacen que su impacto pueda ser muy dañino también para los cultivos”, explica Elena Angulo, investigadora de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y líder del trabajo.

Angulo añade que, “además, su pequeño tamaño y difícil detección favorecen su transporte y expansión fuera de sus hábitats nativos”.

Las invasiones de hormigas trastocan las cadenas tróficas, modifican los ciclos de nutrientes o disminuyen la polinización, entre otros. Además, impactan de forma directa sobre actividades humanas, pues afectan a la producción agrícola, dañan infraestructuras o pueden poner en peligro la salud pública, según los investigadores.

Por ejemplo, la pequeña hormiga de fuego (‘Wasmannia auropunctata’) tiene una picadura dolorosa y, debido a que se alimenta de las secreciones de los pulgones, es abundante en zonas de cultivos y termina provocando que se abandonen las plantaciones.

Por su parte, la hormiga de Singapur (‘Trichomyrmex destructor’) es conocida también como hormiga destructiva por su facilidad para provocar grandes pérdidas económicas dañando equipos electrónicos al morder sus cables.

DOCE ESPECIES

El equipo analizó la información de 12 de las 19 especies de hormigas que se encuentran identificadas como invasoras por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

De los 46.000 millones de euros de costes, unos 9.400 millones se han gastado en su gestión o computan como pérdidas económicas por los daños que se han producido. El resto están asociados a costes que no se han observado, pero que se han extrapolado tanto espacialmente (por ejemplo, con predicciones para las áreas invadidas donde no se han cuantificado sus gastos) como temporalmente (por ejemplo, con costes proyectados para el futuro).

Buena parte de los costes están asociados a dos especies por las picaduras que producen: la hormiga roja de fuego (‘Solenopsis invicta’) y la pequeña hormiga de fuego (‘Wasmannia auropunctata’). Esos impactos se han concentrado en dos países, concretamente Australia y Estados Unidos.

Los investigadores señalan que los costes de gestión de la invasión son mucho menores que los asociados a daños ocasionados y la mayoría de ellos se han invertido a posteriori para controlar la invasión, mientras que los destinados a medidas de prevención, como la detección temprana, eran mucho menores.

Hasta ahora, los informes sobre los costes económicos se habían restringido, principalmente, a evaluar los costes de las medidas para controlar las invasiones, a excepción de los asociados a algunas especies de hormigas invasoras con más impacto, como la hormiga roja de fuego.

Los pocos datos de costes de hormigas invasoras existentes en España se basan en costes de investigación sobre las hormigas que invaden Canarias y costes de control en propiedades privadas de la hormiga del jardín (‘Lasius niger’).

Sin embargo, Angulo asegura que “hay muchos más costes en investigación que no han podido ser contabilizados porque las administraciones no los reportan y muchos más daños en propiedades privadas”.

El equipo tampoco pudo acceder a los costes en las aduanas, donde se revisan los cargamentos con el objeto de detectar y eliminar la entrada de invasoras. En España todavía no se han extendido hormigas que causan daños a la salud pública como las hormigas de fuego.

“Este estudio nos sugiere que los costes globales de las hormigas invasoras son enormes, pero en gran medida están sesgados hacia los países líderes en invasiones biológicas, con una gran proporción de costes sin reportar y, por lo tanto, subestimados en muchos otros países”, añade Angulo, que concluye: “Una mayor colaboración entre la parte gestora, profesional y científica es crucial para conocer el verdadero impacto de estas invasiones y mejorar las estrategias de gestión”.

(SERVIMEDIA)
27 Mayo 2022
MGR/gja