El catedrático de Pediatría Manuel Pombo, coordinador del proyecto, explicó que como la estatura está relacionada con el desarrollo de los huesos, el objetivo es retrasar la maduración del esqueleto, "para conseguir que el niño disponga de más tiempo para crecer".

Para lograr la demora, los investigadores estudian el suministro de una hormona denominada "análogo de gonadotrofinas", que no genera efectos secundarios y que ha sido aplicada con éxito en un grupo de niños con problems de talla.

Un 8 por ciento de los niños examinados presentó alteraciones en los genes responsables de la producción de la hormona de crecimiento. Según el doctor Pombo, "este dato obliga a revisar la creencia de que un niño es bajo porque sus padres son bajos". En las mujeres, se considera una estatura por debajo de lo normal los 150 centímetros y en los hombres 160.