Se trata de Fernando Alberto R.V., de 29 años, nacido en Langreo y con numerosos antecedentes por atracos, robos con fuerza, falsificación de documentos, lesiones y atentado a agente de la autoridad.

Según explicó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el móvil de los delitos fue el robo, aunque el detenido no llegó a sustraer cantidad alguna. De omento, la policía no ha logrado recuperar las armas, una cuchillo y una escopeta, con las que el detenido asesinó a sus dos víctimas e hirió a una tercera.

La policía tampoco ha determinado aún si en los hechos participó únicamente Fernando Alberto o éste contó con la colaboración de otro individuo.

Los investigadores han podido reconstruir lo sucedido a partir de las declaraciones de Margarita V.M., que permanece ingresada en un centro médico. El detenido asestó a la joven un tajo en el cuellono la remató con disparos al pensar que ya estaba muerta.

Según la reconstrucción de los hechos realizada por la policía, Margarita y José Ignacio, una de las víctimas mortales, llegaron al hotel a las 5,30 de la madrugada del jueves, 2 de julio. Llamaron a la puerta y les abrió un desconocido, que iba armado con una escopeta. Les apuntó con el arma y les obligó a entrar con amabilidad fingida.

Amenazándoles con el arma, el detenido les condujo hacia las escaleras del hotel. En el descansillo dela entreplanta vieron tendido en el suelo, atado de pies y manos y amordazado, al recepcionista del hotel: Rubén Darío V.G. El desconocido obligó a la pareja a tumbarse junto al empleado.

Margarita, en su declaración, afirmó que el delincuente le tapó la boca con cinta adhesiva. También maniató y amordazó a José Ignacio. A continuación, sacó un cuchillo e hirió con él a José Ignacio, Rubén Darío y a la mujer. Inmediatamente, disparó un tiro de escopeta al primero y dos al segundo. Llegó a levantar la abeza de la mujer, pero debió pensar que estaba muerta y esto le salvó la vida.

EL asesino bajó las escaleras, lo que aprovechó Margarita para subir a la primera planta y pedir ayuda. Aquél estuvo registrando los cajones y muebles de la recpeción, donde se guardaba una pequeña cantidad de dinero: unas 19.000 pesetas. Cuando la mujer optó por salir a la calle, el delincuente ya se había dado a la fuga.

Los agentes descubrieron en el lugar de los crímenes una hoja de cútter o cuchillo en los peldañs de la escalera; entre los cuerpos, tres cartuchos de escopeta. También encontraron en el vestíbulo una caja de cartón, posiblemente utilizada por el asesino para esconder el arma de fuego. En uno de los laterales figuraba una etiqueta que ubicaba su procedencia en Alcalá de Henares.

Tras el hallazgo, la policía centró sus gestiones en Alcalá de Henares. Los investigadores comprobaron que la caja había sido depositada a las 20 horas del día anterior en una determinada calle para su recogida por el sevicio de basuras.

Entre los residentes en la zona de la ciudad Complutense figuraba Fernando Alberto R.V., con múltiples antecedentes de todo tipo. La policía descubrió otro dato fundamental: este individuo había estado hospedado en el hotel Reyes Católicos la noche del 1 al 2 de julio. La prueba definitiva fue su identificación, sin ningún género de dudas, por parte de Margarita.

Cuando los funcionarios fueron a detener a Fernando Alberto, averiguaron que éste había abandonado su domicilio y huio de Alcalá al volante de su coche. Ante la fundada sospecha de que pudiera abandonar el país, se alertó a todos los puestos fronterizos.

Finalmente, fue localizado en una vivienda de Castilblanco (Badajoz), sobre las 10 de la mañana del sábado día 4 de julio, y fue detenido, aunque ofreció violenta resistencia. Fue puesto a disposición del Juzgado de Herrera del Duque, cuyó titular ha decretado su ingreso en prisión.