Mireia Rodríguez, técnica del Museo Tiflológico, explicó la utilidad de las piezas aportadas a la exposición e hizo hecho un breve recorrido sobre lo que supone el sistema de lectoescritura braille para las personas ciegas.

Hizo hincapié en las Nuevas Tecnologías “que permiten leer y acceder a la información en braille a través de un ordenador o un dispositivo móvil, como las líneas braille”.

Según María Goicoechea, una de las comisarias de la exposición, se ha contado con la ONCE porque “nos hemos dado cuenta de que la tecnología ha servido para acercar la lectura a las personas con discapacidad. Creemos que aquí deben estar representadas para mostrar cómo ha evolucionado la tecnología para ayudar a las personas ciegas”.

La exposición tiene entre sus objetivos crear una oportunidad para la reflexión y el diálogo sobre la trayectoria de la lectura en el marco pedagógico y social de la España del último siglo. Pretende destacar la labor no solo de los centros educativos, sino de las bibliotecas públicas, editoriales y asociaciones rurales en el fomento de la lectura, que los convirtió en el siglo XX en verdaderos agentes de cambio social.

El propósito final es traer la lectura a la palestra para promoverla, repensando las claves de sus nuevas configuraciones, roles y espacios; así como dar la mayor difusión posible a todas las instituciones que colaboran con ella.