Así lo precisó en un comunicado en el que advirtió de que, de confirmarse la anunciada respuesta por parte de la UE, la “generalización” de aranceles “tendrá consecuencias negativas" para "todos los consumidores sin excepción”.

“El efecto más directo e inmediato será la subida de precios de los productos importados directamente de Estados Unidos”, auguró, al tiempo que juzgó “prácticamente seguro” que la UE “tome represalias” tras el arancel del 25% a importaciones de Estados Unidos como el whisky bourbon, los pantalones vaqueros o motocicletas “en represalia” por los aranceles estadounidenses al acero y aluminio europeos impuestos en 2018 “y aún no resueltos”.

En este contexto, consideró que los últimos aranceles anunciados por Donald Trump “van a suponer una menor variedad de productos al alcance de los consumidores, reduciendo la oferta y su capacidad de elección”.

“Algunas marcas o fabricantes podrían optar por retirar sus productos del mercado europeo si los aranceles hacen que su comercialización no sea rentable. Esto puede reducir las opciones disponibles para los consumidores en sectores como la tecnología, la moda o la alimentación”, aseveró.

GUERRA COMERCIAL

En la misma línea, denunció que la “guerra comercial” puede provocar un incremento “general” de los precios, que “empobrecería a todos los consumidores, incluso aunque no se compren directamente productos importados”.

“Y es que los productos fabricados en Europa también pueden verse afectados si dependen de componentes o materias primas importadas que pasen a estar sujetas a aranceles”, prosiguió, consciente de que el incremento de los costes de producción en sectores como el agrícola o el industrial “acabará trasladándose a la cesta de la compra” y de que esta subida “va a afectar más a los consumidores en situación de vulnerabilidad económica”.

A este respecto, señaló que otro “efecto indeseado” de la “guerra arancelaria” serán los “retrasos” en las entregas de los productos o la “escasez temporal”. “Los aranceles pueden afectar a los productos finales que llegan a las tiendas, pero también a los productos intermedios que utilizan los fabricantes para integrarlos en su proceso productivo”, continuó.

En este sentido, indicó que, si los aranceles afectan a componentes como microchips o baterías, “podrían repetirse situaciones como las que vivimos durante la pandemia”, con esperas “más largas” para recibir un móvil, un coche o un electrodoméstico, o incluso “precios más altos por menor disponibilidad”.

EFECTOS DAÑINOS

Ante esta situación, lamentó que los consumidores “poco pueden hacer” para “evitar” los “efectos dañinos e indeseados” de la “guerra comercial” iniciada por Estados Unidos y que puede afectar a la economía mundial.

“Solo la comparación de precios eligiendo las opciones más baratas y la búsqueda de productos alternativos de origen europeo cuando sea posible podrán reducir en parte los efectos negativos”, apostilló.

Por último, advirtió de que la imposición de aranceles “no debe servir de excusa” para la subida de precios “injustificada” y pidió al Gobierno y, “en especial”, a la CNMC que “vigile” la evolución de los precios para “evitar abusos”.