LA OIT CONSIDERA QUE LOS SALARIOS NO SON LOS CULPABLES DE LOS MALOS RESULTADOS EMPRESARIALES
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Los costes salariales no son los culpables de que las empresas vayan mal. Esto es lo que opina Goksbert Van Liemt, funcionario del Departamento de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para quien "los costes salariales consituyen sólo uno de los elementos de la ventaja comparativa".
En una entrevista publicada en la revista "Trabajo", de la OIT, Van Liemt analiza el proceso de redistribución de las industrias que se está llevando a cabo a nivel mundial, y señala que el coste de la mano de obra no juega un papel fundamental a la hora de decidir el traslado de una actividad de un lugar a otro, sino que es un factor más.
El funcionario de la OIT explica que la reubicación de la actividad industrial entre los países inustrializados se produce en muchos casos por motivos que tienen más que ver con el conjunto de las condiciones de empleo que con los salarios propiamente dichos.
En este sentido, Van Liemt destaca que la gran movilidad del capital que se registra actualmente, unido al elevado nivel de desempleo existente, "colocan a los trabajadores en una situación defensiva, en la que son proclives a hacer concesiones en materia de flexibilidad, tiempo de trabajo y otros aspectos laborales".
Van Liemt consideraque cuando se cuestionan los niveles salariales o las horas de trabajo, "no se puede prescindir de la perspectiva histórica: cabe preguntarse si los países ricos tienen derecho a imponer a los países en desarrollo reglas que ni siquiera ellos mismos respetaron cuando se vieron en la misma situación".
El responsable de la OIT recuerda que "los salarios bajos son también reflejo de un nivel bajo de desarrollo", al tiempo que destaca que, "precisamente, el objetivo del crecimiento económico es impulsar e aumento de los salarios".
Para Van Liemt, la solución a los problemas actuales de las industrias radica en la flexibilidad. A su juicio, "reconocer los cambios y saber adaptarse a ellos plantea a todos la necesidad de mostrar una mayor flexibilidad y capacidad de innovación. Deben cambiar los productos y los mercados".
"Los trabajadores y los empresarios deben adaptarse sin cesar para poder seguir compitiendo, y los gobiernos deben poseer la lucidez necesaria para facilitar esta adaptación. Dadoque una mano de obra calificada constituye un factor esencial, deben proporcionar una educación básica y fomentar la formación y la readaptación", explica.
Van Liemt destaca el importante papel que juegan las relaciones laborales en la consecución de estos objetivos. Según el responsable de la OIT, la competitividad de una empresa depende de tres elementos: la productividad, la flexibilidad y la calidad. A su juicio, "el objetivo de los copartícipes sociales debe ser alcanzar el mejor nivel posible enestas tres esferas".
El funcionario de la OIT es partidario, para mejorar la calidad, de encontrar los medios de dar más responsabilidad a los trabajadores y de aligerar la estructura jerárquica. En su opinión, "el reto principal consisten en impulsar el tipo de negociación colectiva que estimule a los actores sociales a aceptar el cambio y les permita beneficiarse plenamente de él".
(SERVIMEDIA)
08 Nov 1993
NLV