El braille es el sistema de lectura creado para personas ciegas. Funciona a partir de puntos en relieve en una superficie de papel y gracias al tacto de los dedos. Lo inventó en el siglo XIX el francés Louis Braille, que se quedó ciego con apenas tres años al sufrir un accidente mientras jugaba en el taller de su padre.

Desde entonces, el braille se ha extendido como el método de lectoescritura habitual para miles de personas con discapacidad visual. En la Feria del Libro de Madrid ha contado con un espacio propio desde el que auspiciar la adaptación al braille para personas ciegas.

Así lo indicó en una entrevista a Servimedia la directora del Servicio Bibliográfico de la ONCE, Carmen Bayarri, quien subraya la sensibilidad de la Feria del Libro con la accesibilidad a la lectura de las personas con discapacidad. Montar cada año una caseta sirve para “dar visibilidad a la lectura en braille” y para “hacer visible el acceso a la cultura a las personas ciegas”.

Dos jóvenes reciben explicaciones en la caseta de la ONCE durante la Feria | Foto de ONCE

Desde hace 90 años, la Feria del Libro inunda por primavera la capital de España de miles de libros que van desde los estrenos más recientes hasta los clásicos que nunca pasan de moda. Quienes pasean por el Parque de El Retiro descubren esa variedad mientras curiosean los últimos éxitos o bucean entre las encuadernaciones.

La ONCE dispone de un servicio bibliográfico con un amplio catálogo, especialmente en español, a disposición de los 285 millones de personas ciegas en el mundo. Del total de 70.000 títulos contenidos en él, la mayoría son en castellano, y comprenden géneros como novela, poesía, teatro, además de revistas, textos especializados en diferentes materias y partituras musicales.

Este servicio está disponible desde la página web de la ONCE, a través de ClubONCE y sin necesidad de abonar cuotas. También es accesible desde una aplicación para teléfonos móviles llamada GOLD (Gestor ONCE de Libros Digitales), que simplifica las posibilidades de la biblioteca, permitiendo la descarga, gestión y lectura de los títulos.

Del mismo modo, las personas ciegas pueden pedir en los centros ONCE ayuda para configurar el altavoz inteligente de Amazon, para conseguir que Alexa reproduzca los libros sonoros en formato Daisy.

La biblioteca también ofrece ‘Mas que Libros’ (MQL), un boletín digital mensual con recomendaciones literarias, noticias sobre literatura y la actualidad concerniente a escritores con discapacidad.

Dos jóvenes observan una obra adaptada al braille | Foto de ONCE

ACTIVIDAD DE LA FERIA DEL LIBRO

La caseta que muestra el trabajo del Servicio Bibliográfico de la ONCE está dedicada en esta edición a la figura del escritor francés Julio Verne (1828-1905) y sus prototipos científicos, considerados el germen de la literatura de ciencia ficción, así como a la conmemoración del 150 aniversario de su novela ‘La vuelta al mundo en 80 días’.

Las personas que se han acercado a la caseta han tenido la posibilidad de tocar réplicas tridimensionales, como la del ‘Nautilus’, la nave de ’20.000 leguas de viajes submarino’; el Atomium de Bruselas; o el Big Ben londinense.

También han conocido reproducciones tridimensionales relacionadas con el cuerpo humano, utilizadas en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, en la que se forman alumnos ciegos, así como una pintura de Pablo Picasso (1881-1973).

Del mismo modo, se ha resaltado la importancia del braille a través de la exposición de los primeros libros que se imprimieron en este tipo de escritura en los albores del siglo XX o los sistemas de audio que se utilizaban para leer a mediados del siglo pasado.

La presencia de la ONCE se ha extendido a la celebración de actividades, como la que organizó este jueves en el Pabellón Infantil para los más pequeños, en la que invitó a conocer a través del tacto a grandes personajes del mundo científico.

Dos niñas tocan un cráneo en la caseta de la ONCE | Foto de ONCE

LECTURA ADAPTADA

Carmen Bayarri resaltó la importancia que para la ONCE tiene su presencia en la Feria del Libro con el fin de compartir experiencias con las editoriales para que éstas se avengan a adaptar al braille sus obras.

A su juicio, “lo que no se muestra, no existe”, por lo que “hay que mostrarse y enseñarse para que nos conozcan”. “Es importante que la sensibilidad exista”, añadió, para, a continuación, dejar claro que “la presencia del braille en la feria ayuda a hacer visible el acceso a la cultura” de las personas ciegas.

En esa máxima englobó el interés de la organización para que la gente conozca la lectura accesible en su caseta y la importancia de que las editoriales adapten su catálogo al braille.

A pesar de que la organización puede adaptar libros por su cuenta sin permiso del autor, Bayarri se mostró proclive a alcanzar ententes con las editoriales, tanto por lo simbólico de que éstas entiendan la importancia de la accesibilidad como por el hecho de ahorrarse “lo costoso de escanear” las obras.

El hecho de que las editoriales y la ONCE firmen acuerdos de cesión para disponer de textos adaptados sería, según Carmen Bayarri, el indicativo de que las primeras reconocen la “gran labor social” que realiza la segunda.