Así consta en una declaración política que el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible de la ONU aprobó esta semana bajo los auspicios de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En el texto, se pone de manifiesto la voluntad de “poner fin, de aquí a 2030, a la pobreza y el hambre en todo el mundo, a combatir las desigualdades dentro de los países". También se llama "a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a respetar, proteger y hacer efectivos de los derechos humanos y lograr una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.

Además, se ratifica la voluntad de “crear las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible, inclusivo y sostenido, una prosperidad compartida y un trabajo decente para todos, y conseguir la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, teniendo en cuenta los diferentes niveles nacionales de desarrollo y capacidad”.

Del mismo modo, se dice tomar nota “con aprecio” del Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para Transiciones Justas y se insta a los países a que reflexionen sobre la posibilidad de respaldar su aplicación.

A su vez, la ONU se compromete a garantizar que las personas con discapacidad participen activamente en los esfuerzos que se pongan en marcha en aras del desarrollo sostenible y que se beneficien de ellos “en igualdad de condiciones”.

“PROSPERIDAD COMPARTIDA”

Por su parte, la declaración atestigua la pretensión de “lograr un desarrollo sostenible y una prosperidad compartida para todos centrando nuestras políticas y acciones en los más pobres y vulnerables” y refrendan su voluntad de “identificar a los que se están quedando atrás y llegar primero a los más rezagados”, ya que resulta “necesario empoderar a las personas vulnerables”.

En ese sentido, se recuerda que la Agenda 2030 señala las necesidades de todos los niños, los jóvenes, las personas con discapacidad, las personas con VIH/sida, las personas mayores, los pueblos indígenas, los refugiados, los desplazados internos y los migrantes.

Naciones Unidas ratifica en la declaración su intención de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus metas “se cumplan para todas las naciones y los pueblos y para todos los sectores de la sociedad”. Para ello, manifiesta su pretensión de tomar medidas para “combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos” y a aplicar políticas que “frenen la ola de desigualdad creciente, entre otras cosas mediante sistemas de protección social y cobertura sanitaria universal”.

La ONU espera “con interés” la Cumbre Social Mundial que tendrá lugar en 2025, sujeta al debate y al acuerdo de la Asamblea General sobre sus modalidades, e indica que su resultado “debería tener un enfoque de desarrollo social y dar impulso a la implementación de la Agenda 2030”.

AGENDA 2030 Y ODS

Por su parte, la declaración expresa la decisión de la ONU de “hacer todo lo posible para implementar la Agenda 2030 y lograr los ODS para el año objetivo de 2030 y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible”.

Para ello, se compromete a “adoptar medidas selectivas y aceleradas para eliminar todos los obstáculos legales, sociales y económicos que impiden lograr la igualdad de género, el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas, incluidas aquellas con discapacidad, su participación plena, en condiciones de igualdad y efectiva en todos los procesos de toma de decisiones, y la realización y el disfrute de sus derechos humanos”.

También afirma que centrará sus esfuerzos en “eliminar, prevenir y responder a todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas, tanto en los espacios públicos como en los privados, ya sea en persona o en contextos digitales” y reclama el “pleno acceso de las mujeres a la justicia y a recursos judiciales efectivos”.

Por último, reseña su compromiso para mantener “las inversiones en educación inclusiva y equitativa de calidad y en oportunidades de aprendizaje permanente para todos, incluidos la educación preprimaria, los programas e iniciativas de alfabetización de jóvenes y adultos, la educación digital, la educación cultural, la educación para el desarrollo sostenible, las tecnologías digitales para la educación, la mejora de las competencias, la educación superior y la formación profesional asequibles, la educación en situaciones de emergencia y el desarrollo profesional continuo de los docentes”.

En la misma línea reconoce que “la atención y la educación de la primera infancia pueden generar beneficios sustanciales para los niños” y apunta que afrontará “los obstáculos a la educación de las niñas y las brechas de género y de discapacidad”, al tiempo que promoverá “la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en la educación y por medio de esta y entorno de aprendizaje seguros, saludables y estimulantes que permitan a todos los alumnos alcanzar su pleno potencial y bienestar físico, mental y emocional”.