Día Mundial

Mujeres con cáncer de mama reclaman que se valore correctamente su grado de discapacidad

- Hoy se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama y la Menina de Alcobendas se viste de rosa

- Denuncian que la mayoría de las pacientes con cáncer de mama pierden el grado de discapacidad en la primera revisión pese a las secuelas

Madrid
SERVIMEDIA

Las mujeres que se han enfrentado al cáncer de mama en España tienen una asignatura pendiente: mantener el grado de discapacidad por las secuelas que les produce el linfedema, la inflamación del brazo que corresponde a la mama operada. Por ello, piden a la Administración que valore correctamente la discapacidad que este tumor puede producir en cada paciente.

Precisamente, para dar visibilidad al Día Mundial contra el Cáncer de Mama que se conmemora este jueves, más de 300 vecinos de Alcobendas (Madrid) vestidos con camisetas rosas han formado un gran lazo humano para apoyar a las pacientes y potenciar la prevención y la investigación, gracias una iniciativa de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), en colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad.

Posaron junto a la emblemática estatua de la Menina, situada a la entrada del municipio, que también se ha vestido de rosa para la ocasión. En esta jornada emblemática lleva una gran falda sobre sus 12.500 toneladas de peso, hecha con tela procedente del lazo que confeccionaron el pasado año en la AECC, y que es "el más grande jamás realizado, con 5.500 metros cuadrados".

Esta campaña pretende acercar a casos como el de Caridad Ruiz, una periodista de 59 años. El cáncer de mama, el primero más frecuente entre mujeres, entró en su vida en 2015. Entonces tenía 52 años y la noticia le llegó tras una revisión rutinaria de la Comunidad de Madrid: no tenía ningún bulto palpable, como suele ser lo habitual, pero sí notaba algunos dolores en la zona axilar, que su médico de Atención Primaria no relacionó con ninguna neoplasia.

“Así fue como empecé todo el recorrido de pruebas, hasta que llegó el diagnóstico. Fue un momento muy duro por la incertidumbre, aunque en el fondo yo estaba segura de que tenía un tumor”, explica Ruiz en una entrevista a Servimedia.

Para ella fue "un antes y un después" en su vida, ya que necesitó diez sesiones de quimioterapia, una intervención quirúrgica, otras 25 sesiones de radioterapia, además de la reconstrucción mamaria del pecho operado. A ello se suma la terapia hormonal durante diez años y lidiar con las molestias del brazo, el linfedema, que va mejorando con diversos ejercicios o natación. Como la vida sigue, una de sus ilusiones es ser voluntaria de la AEEC para acompañar a pacientes durante las sesiones de quimioterapia.

CÁNCER DE MAMA Y DISCAPACIDAD

Su oncóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Sara López-Tarruella, le informó sobre la posibilidad de solicitar el grado de discapacidad por causa del cáncer de mama. Lo solicitó y se lo concedieron. Pero lo perdió en la siguiente revisión. Entonces la paciente tuvo que renunciar a un curso en ciberseguridad que realizaba en ese momento, con vistas a una oportunidad laboral, y para el que era imprescindible acreditar la condición de discapacidad.

"Aunque pedí que revisaran mi caso, recibí una segunda respuesta negativa por parte del Centro Base de Discapacidad. Lo peor de todo es que ningún especialista me hizo una revisión física del linfedema, por lo que no pudieron comprobar cómo lo tenía en ese momento", detalla Ruiz, que sigue con dolores en el brazo.

La realidad es que la mayoría de las mujeres con cáncer de mama suelen perder dicho grado en la primera revisión de su discapacidad, a pesar de que el brazo duela, haya perdido movilidad e incluso tenga que embutirse en una malla de compresión, que además dicen que es "es incomodísima".

El linfedema es un ‘efecto secundario’ del cáncer de mama que se produce al extraer todos los ganglios de brazo. Los cirujanos los extirpan cuando el llamado ganglio centinela es positivo, lo que significa que el cáncer ha podido extenderse a otros órganos del organismo. Se trata de una de las secuelas más desconocidas del cáncer de mama y produce un sentimiento de incomprensión entre quienes lo padecen.

Y es que el cáncer de mama puede afectar a la vida profesional de las enfermas. Según la reciente encuesta 'Necesidades de las mujeres con cáncer de mama. Más allá de la enfermedad', presentada por la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma), al 57,4% de las pacientes de cáncer de mama les afectó laboralmente el diagnóstico o tratamiento de su patología.

RECONSTRUCCIÓN MAMARIA

Por otra parte, una vez extirpado el tumor y tras unos meses de ‘descanso’, la cirujana plástica Carmen Pinilla, del Hospital Gregorio Marañón, recomendó a Caridad someterse a la reconstrucción de seno operado. “Mi doctora me comentó que yo era muy joven y que merecía la pena la reconstrucción mamaria. Me decidí a hacerlo y conté en todo momento con el apoyo de Ignacio, mi marido y de toda mi familia. Han estado ahí en todo momento para ayudarme”, relata. Subraya, además, que la atención recibida en su centro hospitalario ha sido "extraordinaria".

Gracias a la operación, ya puede prescindir de las prótesis móviles en su vida diaria. Sin embargo, reconoce que le gustaría haber tenido más información sobre el antes y el después de la intervención. "El resultado de la reconstrucción queda bien cuando vas vestida o te pones bañador, lo cual es cómodo para el día a día, pero también tiene sus limitaciones. Yo tuve que reducirme el otro pecho para que la imagen de ambos fuera más homogénea, y en el pecho con prótesis me tatuaron un pezón con micropigmentación en el Hospital Ramón y Cajal".

Caridad convive también con dolores articulares, "seguramente fruto de la terapia hormonal", que seguirá tomando hasta 2025. Como ella, otras 35.000 recibirán este año el diagnóstico de cáncer de mama en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Hoy existen novedades de tratamiento, como explica la Sociedad Española de Ginecología (SEGO). Destaca la inmunoterapia o las terapias dirigidas -también llamadas terapias diana-, que tienen menos toxicidad. Muchas de ellas se aplican por vía oral y "disminuyen los efectos secundarios y mejoran la tolerancia" y en ocasiones "evitan los tratamientos intravenosos en los hospitales".

Además, la medicina de precisión y en la secuenciación del ADN ayudarán a “entender mejor el comportamiento del cáncer de mama”, así como nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, según puntualiza dicha Sociedad.

Por último, es destacable que la supervivencia a al cáncer de mama "ha aumentado considerablemente" en los últimos años, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), y el objetivo es que para 2030 el 70% de los pacientes supere este tipo de tumor.

(SERVIMEDIA)
19 Oct 2023
CAG/pai