EL SARGENTO MIGUEL AYLLON ESCRIBIO UNA CARTA CONTRA LAS MINAS ANTIPERSONAL DIAS ANTES DE SER ASESINADO POR UNA BOMBA DE ETA

MALAGA
SERVIMEDIA

La última víctima de la violencia terrorista de ETA, el sargento de Ingenieros Miguel Angel Ayllón, asesinado en Córdoba el pasado 20 de mayo, se pronunció contra la proliferación de las minas anipersonal a través de una carta dirigida a los medios de comunicación de Málaga y que escribió días antes de su muerte.

La carta, que ha sido hecha pública por la compañera sentimental de Miguel Angel Ayllón, Silvia Carrasco, y un amigo de la pareja, Manuel Ruiz Cejudo, fue redactada con la intención de sensibilizar a los poderes públicos y económicos sobre la necesidad de poner fin a la fabricación de minas, para acabar con el dolor y la muerte que provocan las guerras entre el personal civil, inclus una vez acabado el conflicto bélico.

Según ha comentado la compañera del militar asesinado por ETA, "Miguel Angel siempre tenía una visión humanista y pacifista de la vida, por eso se fue a Bosnia, y de vez en cuando le gustaba escribir cartas a los periódicos, que casi nunca echaba al buzón".

La carta en la que el sargento del Ejército reclamaba la desaparición de las minas antipersonal habría corrido la misma suerte, a no ser por su amigo Manuel Ruiz Cejudo, quien visitó a la pareja días antesdel atentado de Córdoba y recibió el encargo de Miguel Angel Ayllón de remitir la carta a los periódicos de Málaga.

Ruiz Cejudo no dio salida a la carta, quizá porque tan sólo días después su amigo desde la infancia moría al explotar una bomba similar a una mina antipersonal. "Me habría custado hablar con él mucho más de este y otros temas en los que tenía las ideas muy claras", aseguró el amigo de la última víctima de ETA.

Ha sido precisamente Manuel Ruiz Cejudo quien convenció a Silvia, la novi de Ayllón, de dar publicidad a la carta como una fórmula de expresar el sentido pacifista que el militar tenía de la vida. "Yo espero que esta carta sirva de reflexión a otras acciones que se están desarrollando a lo largo del planeta para evitar las mutilaciones y muertes injustas de miles de personas", indicó.

DOLOR Y MUERTE

Según expresa la carta de Miguel Angel Ayllón, "la definición de mina, sacada de un reglamento militar, dice lo siguiente: una mina es un ingenio concebido para explosionar a paso del enemigo: ¿Sólo al paso del enemigo?".

"La mina está concebida para explosionar por acción externa, ya sea de presión, tracción, alivio de presión, vibración, magnetismo eléctrico, onda sonora o luminosa. La mina sólo distingue el tipo de acción externa para la que está diseñada, pero no distingue qué o quién produce esa acción, enemigo, amigo, hombre, mujer, niño o animal. Tampoco está concebida para que explosione en un periodo de tiempo determinado (excepto las que integran un circuito eletrónico que necesita de una batería de litio de duración no superior a cinco años). Pueden pasar decenas de años a la espera de esa acción externa que provoque su proceso interno de fuego".

"Sus fines y efectos son la destrucción de material, la destrucción moral, la mutilación de miembros, el dolor y la muerte y, por si fuera poco, a través de ella es casi imposible demandar responsabilidades jurídicas, por lo que tal vez una definición mejor sería esta: una mina es un ingenio concebido por el hombrepara explosionar al paso del hombre, por un periodo de tiempo delimitado tan sólo por la realización de una acción externa que produce unos efectos mutilantes y sin posibilidad de reclamación jurídica".

"Para aquellos que tengan un mínimo de sensibilidad, se habrán dado cuenta que es un problema de dimensión mundial. Su solución puede pasar por concienciar a los fabricantes del daño que producen o por presionar a los líderes políticos para que prohiban su fabricación, pero sin olvidarnos de estos camios puede haber una visión del problema desde una postura mercantil: las minas son un mercado de grandes ganancias donde existe una gran demanda, ya que es un producto barato y con unas características muy buenas para el ejercicio de la guerra; por lo tanto, mientras el producto sea económicamente rentable y produzca un gran volumen de negocio, será difícil que desaparezcasu fabricación".

"Es aquí donde, tal vez, radique su solución. Si se logra convencer al potencial cliente de que el producto es intil, dejará de comprarlo y, por lo tanto, cesará su fabricación al desaparecer la demanda y el beneficio. ¿Cómo se consigue? ¿No existen en los albores del siglo XXI científicos capaces de inventar un sistema o producto capaz de rebajar las cualidades de la mina a la inutilidad de una piedra del campo? y ¿quién está dispuesto a financiar su investigación?".

(SERVIMEDIA)
01 Jun 1996
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