Así lo atestiguó la presidenta de la Asociación Nacional para Problemas de Crecimiento y máxima responsable del equipo español de fútbol sala de talla baja, Susana Sempere, quien en una entrevista a Servimedia explicó que el apremio del país organizador por saber si finalmente podrían contar con su presencia ha sido el detonante para tomar esta difícil decisión.

Susana Sempere subrayó que este “varapalo” tiene como origen la falta de apoyos y de dinero para hacer frente a los costes para sufragar la presencia del combinado nacional en Argentina. “No hay dinero para llevar a todos los jugadores, y no era cuestión de llevar a unos sí y a otros no”, declaró.

La presencia de la selección española de fútbol sala de talla baja en la competición había despertado mucha expectación en Argentina, como lo demuestran los requerimientos que los organizadores del Mundial han hecho al embajador de España en el país para lograr su participación y las menciones en la prensa local.

Su ausencia en el Mundial, máxime teniendo en cuenta las razones que la provocan, representa, a juicio de Susana Sempere, una “oportunidad perdida para visibilizar” la importancia de “la inclusión de las personas con discapacidad a través del deporte”. Esta situación ha provocado un enorme “disgusto” en los jugadores, especialmente en los más jóvenes, que son “los más competitivos”, ya que “hay que tener en cuenta que no hay nada más grande que un Mundial”.

HISTORIA DE LA SELECCIÓN

Susana Sempere apuntó que la idea de crear este equipo surgió de la experiencia vivida por el padre de uno de los jugadores del combinado nacional. Tras asistir a los mundiales de deportes de personas de talla baja (‘World Dwarf Games’) en Canadá en 2017, comprobó que muchos de los países participantes en el evento tenían una selección menos España.

Seis años después, un total de 15 jugadores, más un cuerpo técnico compuesto por el seleccionador, el segundo entrenador y un cuerpo médico, conforman la selección española de fútbol sala de talla baja, que ya ha disputado distintos partidos amistosos contra diferentes equipos y selecciones.

Susana Sempere expuso que en el momento en que la selección había alcanzado su velocidad de crucero irrumpió la pandemia del coronavirus, que “afectó un montón” a sus actividades. A pesar de ello, tras el periodo de parón forzoso por la covid-19, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) organizó en 2022 un acto en el pabellón de su Ciudad del Fútbol en el que se entregó a cada uno de los jugadores del combinado nacional de fútbol sala de talla baja la equipación deportiva del máximo organismo del fútbol español.

En ese sentido, precisó que la RFEF no apoya más a la selección por la “falta de una liga” de fútbol de talla baja que les permita estar federados y por la consiguiente “falta de jugadores” con acondroplasia que se dediquen a este deporte. Ya con la equipación de la RFEF, la selección viajó a Egipto para jugar en la Copa Árabe de Fútbol Sala de Talla Baja 2022, en el que también participaron Irak, Palestina, Marruecos, Jordania, Siria, Sudán y Egipto.

La experiencia en Egipto fue el germen para la organización de la I Copa de Europa de Fútbol Sala de Talla Baja, una competición que se celebró en Mazarrón (Murcia) en octubre del año pasado y que contó con la participación de Francia, Inglaterra, Alemania, España y Argentina, en su calidad de campeona de la II Copa América. Este evento significó un punto de inflexión para la selección española, ya que fue la mejor selección europea y quedó subcampeona del torneo, sólo superada por Argentina.

Partido disputado por los jugadores con otros futbolistas | Foto de la Asociación Nacional para Problemas de Crecimiento

MUNDIAL ARGENTINA

Susana Sempere expuso que el pasado 13 de septiembre el presidente de la Asociación Civil Talla Baja de Argentina, Facundo Mariano Rojas, invitó formalmente a la selección española a participar en el Mundial de fútbol sala de talla baja, que se celebrará en el país sudamericano entre el 6 y el 12 de noviembre.

Teniendo en cuenta que los miembros del combinado nacional sufragan sus actividades con recursos aportados por sus familiares y por ellos mismos, sus responsables mantuvieron conversaciones con empresas privadas para asegurarse su participación en el máximo torneo mundial de selecciones.

Únicamente han podido recabar el apoyo de la RFEF, que les facilitó dos equipaciones oficiales de la selección española con las que poder acudir al Mundial en Argentina: por un lado, la ropa de entrenamiento; y por otro, la ropa de competición.

Además, fuentes de la RFEF explicaron a Servimedia que se volvaron para intentar que alguno de sus patrocinadores pueda echar una mano a los jugadores de la selección de talla baja para desplazarse a Argentina en noviembre y sobre todo hicieron gestiones desde la Federación de Murcia, donde residen gran parte de los futbolistas.

Posado del equipo nacional de talla baja | Foto de la Asociación Nacional para Problemas de Crecimiento

Ellos mismos promovieron “sin éxito” un ‘crowdfunding’ para lograr el dinero que les permitiera asegurarse el desplazamiento y el alojamiento en Argentina. Ahora, con la confirmación de que no podrán disputar la competición, Susana Sempere lamentó que no vayan a poder aprovechar la visibilidad que proporciona jugar un Mundial para lograr que “la RFEF nos vea más fuertes”.

Susana Sempere observó que la selección española de fútbol sala de talla baja tiene como objetivo conseguir un “cambio de mirada hacia nuestro colectivo”, en el cual hay “médicos, profesores, enfermeros y estudiantes”.

“GRANITO DE ARENA”

La esperanza de jugar el Mundial era compartida por los jugadores de la selección, como Diego Marchante, quien, en conversación con Servimedia, explicó que los integrantes del combinado nacional son ‘amateurs’, como él mismo, que trabaja como mecánico en Renfe.

Diego Marchante rememoró que comenzó a jugar al fútbol siendo niño y que, al igual que sus compañeros, ha encontrado la manera de “disfrutar de lo que nos gusta” a pesar de “las dificultades que tenemos”. Por ello, confiaba en conseguir la financiación suficiente para ir al Mundial de Argentina gracias al “granito de arena” que fueran capaces de aportar empresas y ciudadanos.