Discapacidad

Una estudiante con discapacidad auditiva de la URJC recibe con un mes de retraso las adaptaciones académicas

MADRID
SERVIMEDIA

La estudiante Estela Lorenzo, de 23 años, con sordera y usuaria de implantes cocleares, ha recibido un mes después del inicio del curso las adaptaciones académicas que había solicitado a la Unidad de Atención a Personas con Discapacidad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) el pasado 8 de septiembre.

La alumna, que cursa el Grado en Enfermería, necesita subtítulos en los materiales audiovisuales y la exención de pruebas de comprensión auditiva ('listening') en la asignatura de inglés, dentro del plan de estudios. Sin embargo, los profesores no recibieron las recomendaciones individualizadas hasta ahora, cuando el curso lleva ya más de cuatro semanas en marcha.

“Han tardado justo un mes en llegar. El martes una profesora me dijo que no tenía el informe, y ahora, por fin, me ha confirmado que lo ha recibido”, explicó Lorenzo en una entrevista concedida a Servimedia. “Durante todo este tiempo he tenido que asistir a clase sin las adaptaciones que necesito, sin poder seguir algunos contenidos y con la incertidumbre de no saber si iban a llegar”.

La joven recopiló toda la documentación necesaria para las adaptaciones durante el verano. “Entregué toda la documentación el 8 de septiembre, pero durante semanas nadie me respondió”, relató. “Mandé varios correos electrónicos, llamé muchas veces y lo único que me decían era que habían recibido los documentos, pero no me confirmaban nada. Llegué a sentirme completamente ignorada”.

Según Lorenzo, el proceso se vio afectado por la falta de personal en la unidad de discapacidad, que actualmente cuenta con solo “dos trabajadoras para atender a cientos de estudiantes” en los distintos campus de la URJC. “Es imposible que puedan gestionar todo a tiempo. Pero mientras tanto, los estudiantes con discapacidad nos quedamos atrás”, lamentó.

A finales de septiembre, la unidad le comunicó que las adaptaciones estaban “enviadas”, aunque los profesores aún no las habían recibido. “Me mintieron o no sabían en qué punto estaba el trámite porque los informes llegaron a las aulas un mes después”, señaló.

El retraso ha tenido un “fuerte impacto” en su rendimiento y en su estado anímico. “Me sentí frustrada, impotente y con rabia. No me respondían, y mientras tanto las clases avanzaban. En inglés, por ejemplo, veía imposible aprobar si no me quitaban la parte auditiva. Me dio un bajón tremendo”, confesó.

La estudiante también denunció la “falta de empatía y formación del profesorado” en materia de discapacidad: “Muchos no saben cómo aplicar las adaptaciones o directamente no las leen. En años anteriores me ha pasado que, aunque les llegaba el informe, decían que no sabían qué hacer con él. Y sin esas medidas, no tenemos las mismas oportunidades”.

Cansada de la falta de respuesta, Lorenzo decidió publicar un vídeo en TikTok denunciando la situación. El contenido se hizo viral y obtuvo miles de visualizaciones y mensajes de apoyo. “Fue mi madre quien me animó. Me dijo que no era normal empezar el curso sin adaptaciones ni respuesta. Tengo bastantes seguidores y pensé que, al menos, podía servir para que se supiera lo que estaba pasando”, explicó.

A raíz de la repercusión, la Delegación de Estudiantes de la URJC contactó con ella para ofrecer apoyo y proponer la creación de un “grupo de afectados”. “Ellos sí se han preocupado, han hablado con el Vicerrectorado de Estudiantes y han movido el tema. Pero de la unidad de discapacidad, directamente, no he recibido ninguna disculpa ni explicación”, señaló.

Lorenzo aseguró que su caso no es aislado. “Hay más estudiantes en la misma situación”, afirmó. “Conozco dos compañeras con discapacidad física que siguen esperando sus adaptaciones y que los espacios universitarios se hagan accesibles. Una de ellas usa silla de ruedas motorizada y necesita un comunicador y accesibilidad total en los pasillos, pero en el campus hay zonas sin ascensor, como el sótano, lo que les impide asistir a algunos seminarios o prácticas”.

Estas situaciones, denunció, son reflejo de una falta de planificación y sensibilidad institucional. “Estamos en 2025 y todavía hay universidades públicas con aulas inaccesibles o sin medidas efectivas de inclusión. No debería pasar”, lamentó.

Lorenzo pidió que las universidades españolas garanticen que todas las adaptaciones lleguen “antes del inicio del curso académico” y que las unidades de apoyo cuenten con “personal formado y suficiente” para atender a la demanda.

“La falta de adaptación no solo afecta al rendimiento, también a la salud mental. Te genera ansiedad, frustración y sensación de impotencia. No puede ser que empieces el curso sabiendo que no podrás seguir las clases como los demás”, declaró.

Además, reclamó “protocolos más ágiles y transparentes”. “El informe pasa de la unidad al coordinador, y del coordinador al profesor. Eso retrasa todo. Si el proceso fuera directo y digital, no ocurrirían estos retrasos que nos dejan un mes fuera del sistema”.

Su caso se ha convertido en símbolo de una problemática más amplia: los retrasos estructurales en la gestión de apoyos a la diversidad en la universidad pública. “Solo pido que se nos trate con el mismo respeto que al resto. Que se cumplan los plazos, que haya personal suficiente y que los profesores lean los informes y los apliquen. No queremos ventajas, queremos igualdad de condiciones”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
09 Oct 2025
RIM/mag/gja