Incendios

Una mujer en silla de ruedas sobrevive al "humo irrespirable" del incendio de Orense

- Begoña Dacal tiene ataxia de Friedrich, que le obliga a estar en silla de ruedas

- Su casa se encuentra en un valle de la comarca de Valdeorras, que ha cambiado del color verde al negro

Madrid
SERVIMEDIA

Begoña Dacal es vecina de El Barco de Valdeorras (Ourense) y su casa tiene una hermosa terraza con vistas al río Sil. Es su particular ventana al mundo porque vive sentada en una silla de ruedas debido a una enfermedad degenerativa que daña su sistema nervioso. Se trata de ataxia de Friedrich. Su aldea se encuentra en un valle y ha sentido cómo el fuego se acercaba y calcinaba los montes y pueblos circundantes. Ha asistido a la transformación de un monte que ha pasado del verde al rojo, para acabar en un fundido a negro.

Esta gallega de 56 años recuerda, todavía con angustia, cómo las llamas se acercaban cada vez más hace pocos días. “Las montañas ardían y el fuego estaba muy cerca. Yo me encontraba sola y no sabía qué hacer. Además, acabo de pasar por una neumonía y sentía que me ahogaba por la nube tóxica del humo”, explica Begoña Dacal en una entrevista a Servimedia.

“Los montes y los pueblos aledaños estaban ardiendo a gran velocidad. Mi casa está a pocos kilómetros de San Vicente de Leira y desgraciadamente todo el mundo ha visto cómo ha quedado el pueblo. Ya no hay pueblo”. El gran incendio de Larouco alcanzó a esta pequeña aldea de Vilamartín de Valdeorras, que ha calcinado más del 90% de sus viviendas.

San Vicente de Leira, ‘la Pompeya gallega’, es en la actualidad un reducto de cenizas entre las que se encuentran los esqueletos de alguna vivienda. Begoña asegura que vivir en un valle les ha salvado de uno de los peores incendios de la historia de Galicia.

Los montes quemados al fondo de su calle | Foto cedida por Begoña Dacal

DAÑOS PSICOLÓGICOS

Un total de 344.417 hectáreas se han quemado en España en los 224 incendios ocurridos este año, según los datos recogidos hasta esta semana por el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis, por sus siglas en inglés), de Copernicus.

Muchos lo han perdido todo: su vivienda, su negocio y lo peor, la vida. Este pasado sábado, la directora de Emergencias en la presentación del balance de datos relativos a la oleada de incendios, anunció que el número de personas fallecidas había ascendido a cuatro.

Además, la Xunta de Galicia ha mantenido esta semana una reunión técnica para trazar las actuaciones previstas en materia de vivienda y definir las ayudas que se van a convocar para atender las necesidades de las personas afectadas. Y estas no sólo son materiales. Estas tragedias también dejan una huella psicológica.

Begoña, con una discapacidad severa, se encuentra en tratamiento con tranquilizantes desde que estalló el primer incendio. “El pueblo se llenó de un humo irrespirable. Nos dijeron que era una nube tóxica y que no podíamos salir a la calle ni abrir ventanas ni terrazas ¡con 40 grados de temperatura! Y tuve una crisis de ansiedad muy fuerte”.

Su hermana le llevó al hospital más cercano porque sentía que le faltaba oxígeno. “Fue horroroso y pasé miedo. Es más aun lo tengo, de noche me despierto angustiada pensando en que se reactiva el fuego”, cuenta.

Begoña, en su terraza muestra al fondo el monte quemado | Foto cedida por Begoña Dacal

UNA VENTANA AL MUNDO

Begoña siempre fue una mujer inquieta, pero a los 28 años la ataxia de Friedrich le obligó dejar de trabajar y sentarse en una silla de ruedas. Desde entonces, sus salidas a la calle se han visto mermadas y la terraza se ha convertido en un puente con el exterior. “La terraza era mi vida y el color verde, especialmente durante la pandemia. Ahora solo veo el negro”, se lamenta.

La chica que le ayuda en sus tareas cotidianas limpió la terraza y llenó tres cubos con cenizas. Pese a ello, parece que algunas de sus plantas han sobrevivido a la catástrofe. “¡Qué pena, ¡Qué pena!”, repite constantemente cuando mira a su alrededor.

Está previsto que esta próxima semana los Reyes visiten las principales zonas afectadas por los incendios más graves que han tenido lugar en España en estos últimos días, entre ellas, se presume que la comarca de Valdeorras, justo donde se encuentra Begoña.

Promete que si tiene ocasión de contactar con ellos les dirá: “Esto no puede volver a suceder. Este miedo, esta angustia, personas que han perdido vidas, las casas que se han destrozado, la naturaleza que se ha perdido”.

Además, tratará de que les llegue el mensaje claro que comparte con todos sus vecinos de que “hay que invertir en prevención de incendios” y para ello, subraya, “se debe destinar una parte de los Presupuestos Generales del Estado y que luego las distintas administraciones adopten las medidas necesarias”.

(SERVIMEDIA)
24 Ago 2025
AOA/pai