En un evidente intento de enterrar los problemas que hubo entre Podemos e IU para forjar la coalición electoral Por Andalucía, con apoyo más o menos tácito de Díaz a la segunda, y que esta semana tuvieron una secuela en el cese de la dirigente de IU Amanda Meyer como jefa de gabinete de la ministra de Igualdad, Irene Montero, Belarra dio la palabra a la vicepresidenta en el acto electoral que la candidatura celebró en Córdoba llamándola “mi querida Yolanda”, y la esperó en el escenario para darla un abrazo.

A su vez, Díaz dijo que había pasado meses “peleando con la compañera Ione” por la subida del salario mínimo que era difícil arrancar al PSOE, dijo que “Ione y yo estamos demostrando que se pueden cambiar las cosas” y ambas aplaudieron encarecidamente las referencias del resto de intervinientes a las medidas impulsadas por el ministerio de la otra.

Además de ese gesto de aparcar las diferencias que podrían desmovilizar a su electorado, la vicepresidenta también pareció sugerir la confirmación de que se presentará a presidenta del Gobierno en las próximas elecciones generales al afirmar que estaba “dispuesta a dar un paso adelante por ganar España” y lo utilizó como cebo para preguntar a sus oyentes qué estaban dispuestos a hacer ellos por Andalucía y así incitarles a votar el 19 de junio. La falta de movilización es, según pudo constatar Servimedia de fuentes de la candidatura, el factor que más alimenta su pesimismo de cara a las urnas.

Pero no sólo eso. Los oradores también rescataron a dos nombres míticos de la izquierda andaluza: los de Anguita y Maíllo. El primero, natural de Córdoba y exalcalde de la ciudad, tenía necesariamente que salir a la palestra en esta localidad y este escenario, el Teatro de la Axerquia, donde él protagonizó un célebre mitin contra la OTAN y donde se le hizo el homenaje tras su muerte.

ANGUITA Y MAÍLLO

Pero quien lo hizo no fue ningún militante de Izquierda Unida, sino el cabeza de lista por Cádiz, Juan Antonio Delgado, miembro de Podemos y a quien su partido quería como candidato a la Presidencia de la Junta en lugar de Inma Nieto, que sí es de IU. Delgado puso en pie al auditorio en una cerrada ovación al saludar a Agustina, la viuda de Anguita, presente entre el público. Belarra también hizo después referencia al fallecido

A Maíllo fue la propia Díaz quien lo sacó del público, como ejemplo de un político honrado y que siempre supo que había que “conseguir que la política fuera compatible con la vida”. Y el exlíder de IU Andalucía la correspondió con un guiño al nombre “Sumar” que ha registrado la vicepresidenta para la asociación con la que canalizará su proyecto de escucha: “La suma es su debilidad (la de la derecha), es la base del cambio profundo”, interpretó, especulando que sin unidad de la izquierda sería imposible la victoria. Díaz tampoco olvidó a Anguita: “Siempre con nosotros Córdoba y siempre Julio”, homenajeó.

En todo caso, la escenificación de unidad no se limitó al espacio de Unidas Podemos. El secretario de Estado para la Agenda 2030 y secretario general del PCE, Enrique Santiago, que intervino antes que Delgado, presentó Por Andalucía como “la suma de lo mejor del Gobierno de coalición, Unidas Podemos, y “lo mejor del acuerdo de investidura: Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz”, aunque este último partido regionalista no tiene propiamente representación en el Congreso de los Diputados.

Por lo demás, el himno con el que se cerró el acto fue el de Andalucía, algo habitual en los mítines de Unidas Podemos, y el único cántico partidista que se escuchó fue el “Sí se puede” tradicional de Podemos. La mayor parte de las camisetas simbólicas entre el público fueron de color morado.