Juicio Procés

Un inspector de policía relata una “actuación circense” de un presidente de mesa “abrazado a una urna"

- Policías nacionales aseguran que la “actitud contemplativa” de los mossos fue “constante” durante el 1-O

- “Los votos se llevaron a casas particulares”, afirma un inspector de policía

MADRID
SERVIMEDIA

Un inspector de policía, jefe del personal no uniformado que intervino en el distrito ocho de Barcelona (Nou Barris) el 1-O, relató este jueves en el juicio del 'procés' que en la Escuela Víctor Catalá el presidente de la mesa electoral se "encapsuló" entre el mobiliario del colegio y recibió a los agentes "abrazado a una urna de forma simbólica". Un episodio que “más que una barricada, era una actuación circense”.

Así se manifestó este jueves un inspector de policía, jefe del personal no uniformado que intervino en el distrito ocho de Barcelona (Nou Barris) el 1-O, durante su declaración ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes independentistas por la convocatoria y celebración del referéndum.

El testigo relató que en la Escuela Víctor Catalá los agentes de la policía judicial que accedieron a requisar el material del referéndum se encontraron al presidente de la mesa electoral “encapsulado entre el mobiliario del colegio, él solo, y estaba abrazando una urna de forma simbólica”, de modo que le convencieron para salir y se llevaron la urna. Posteriormente, a preguntas de las defensas, aclaró que este episodio “no lo vio directamente” y apuntó que “más que una barricada era una actuación circense”.

Este testigo relató lo sucedido en varios centros: Tibidabo, Freire, Ágora, Aiguamarina, Víctor Catalá, Calderón de la Barca, Pablo Ruiz Picasso y Valldemossa, donde, según explicó,“la violencia iba 'in crescendo'”. A preguntas de las defensas, reconoció que “la mayor parte” de la información la conoce porque se la comunicaron sus tres jefes de grupo. Así que, especificó, tan solo estuvo presente en el exterior del CEIP Tibidabo, en Freire, en Aiguamarina y en Ágora.

Además, el inspector detalló que al final de la jornada, en varios centros del distrito ocho de Barcelona, un grupo de personas acompañadas de los mossos sacaron las urnas de los centros y las metieron en un vehículo camuflado de la policía autonómica. Todo, a su juicio, “en actitud de cordialidad”. Las urnas de dos centros, explicó, acabaron en la comisaría de Aiguabrava, y las del colegio Calderón de la Barca “las llevan a un domicilio particular. Seguidamente, por tandas, varias personas fueron llevando urnas a este domicilio”.

Ante la insistencia de la acusación en este asunto, el testigo afirmó que “los votos se llevaron a casas particulares”, que en un centro una persona “a voz en grito comunicó que iba a hacer el recuento, todo en presencia de los mossos” y que en otro centro se hizo un sorteo de las urnas “y dos particulares se las llevaron”, aunque sobre esto no pudo precisar si con los votos dentro o no.

Durante la sesión, los siete agentes del Cuerpo Nacional de Policía que declararon como testigos coincidieron en un mismo relato: la “pasividad” y la “actitud contemplativa” de los Mossos d'Esquadra, algo que, apuntaron, fue una “constante” durante toda la jornada del 1-O. Uno de los agentes explicó que en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona vio como un vehículo de mossos se acercó al centro, permanecieron 15 minutos y después se marcharon, a pesar de que, según él, desde su posición los mossos podían ver que estaban interviniendo las unidades de la UIP.

En cuanto a los incidentes registrados en los centros, dos agentes detallaron que en el CEIP Víctor Catalá se encontraron con un grupo de 10 o 15 personas encapuchadas “esperando a que llegáramos”. A un agente le arrojaron una silla que le golpeó en la pierna y a otro le empujaron contra el marco de una puerta, lesionándose en la muñeca izquierda. Ambos aclararon que pudieron continuar con su trabajo, a pesar del incidente.

Como sus predecesores, el séptimo testigo de la mañana, un inspector que intervino en el instituto Joan Fuster y otros centros de votación hizo un relato de la anuencia de los mossos durante las actuaciones de la policía para dar cumplimiento a la orden judicial de evitar el rereferéndum.

Relató que a su llegada a colegio Joan Fuster “una mujer joven salió corriendo hacia los concentrados. Había una especie de muralla humana impidiendo el acceso. Eran unos 200 con los brazos entrelazados. Había un ruido ensordecedor”. Como los concentrados no atendieron a los requerimientos de desalojo, los agentes procedieron a retirar a la gente. Hubo que utilizar la fuerza física y algunos cayeron al suelo.

“La UIP nos hizo un pasillo estrecho para acceder. Hubo multitud de empujones, agarrones… La puerta estaba bloqueada y las fuerzas de intervención tuvieron que fracturar el cristal y accedimos por allí, a través del cristal roto. En el gimnasio estaban las mesas de colegio pero no encontramos las urnas, procedimos a un registro y encontramos cuatro urnas, papeletas, sobres y cuatro ordenadores”. Todos estos sucesos se produjeron bajo la “indolente mirada” de los mossos. “No me dirigí a ellos ni ellos a mí, no nos ayudaron en ningún caso”, aseguró antes de relatar que en otro de los colegios, sobre las 20.30, una vez terminada la votación, una pareja de mossos “salió portando una urna que llevó a una de sus comisarías”.

Todos los testigos rechazaron tener constancia de ciudadanos lesionados en los centros en los que intervinieron, más allá, apuntaron, de las lesiones que sufrieron sus propios compañeros. En este sentido, también rechazaron el uso de las defensas reglamentarias durante la intervención, aunque uno de los testigos apuntó que se "imaginaba" que las emplearon en, al menos, un centro porque hubo una carga policial para poder acceder al local.

(SERVIMEDIA)
11 Abr 2019
ICG/SGR/gja