La almendra pasó de ser tóxica y amarga a dulce y comestible gracias a una mutación puntual de un solo gen

- Según una investigación liderada por el CSIC

Madrid
SERVIMEDIA

Las almendras pasaron de ser tóxicas y amargas a dulces y comestibles gracias a una mutación puntual de un solo gen, según ha desvelado un equipo internacional de investigadores españoles, daneses e italianos, encabezado por la científica del Grupo de Mejora Genética de Frutales del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, del CSIC, Raquel Sánchez, que han presentado el genoma de referencia completo de este fruto seco, lo que además ayudará a erradicar los ejemplares amargos.

El estudio, publicado en ‘Science’, descubre que la “domesticación” de la almendra se produjo en Asia Oriental durante la primera mitad del Holoceno merced a un pequeño cambio de un solo gen, según precisó este jueves la investigadora principal.

“En la almendra dulce el gen ha perdido su función debido a una mutación natural. Las enzimas involucradas en la producción del compuesto tóxico amargo no se forman y, por lo tanto, la almendra se vuelve dulce”, añadió, al tiempo que puntualizó que el compuesto que hace que la almendra amarga sea tóxica es la amigdalina, que libera cianuro tóxico cuando se come, por lo que el consumo de almendras amargas “puede resultar mortal”.

Los investigadores encontraron aproximadamente 28.000 genes, además de mapear sus posiciones en sus ocho cromosomas característicos del género Prunus y reconocieron cómo, "si nuestros ancestros no hubieran descubierto y seleccionado almendras dulces para el cultivo, las almendras actuales serían amargas y tóxicas”.

Para Sánchez, esta investigación demuestra que es un “cambio pequeño pero esencial” en el ADN de la almendra el que hizo que este fruto pasara a ser comestible y sus resultados permitirán la selección de almendros que solo aporten almendras dulces desde su etapa de siembra, proporcionando el marco para la reproducción selectiva de almendros con mejor resistencia a la sequía y al cambio climático, así como a enfermedades o a la floración tardía.

El próximo objetivo de los investigadores es intentar erradicar la presencia de almendras amargas en España a través de un proyecto coordinado desde el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura con varias cooperativas.

Este proyecto de investigación se inició hace 12 años en el Laboratorio de Bioquímica de Plantas de la Universidad de Copenhague, continuó en el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura con la participación de investigadores de las universidades italianas de Bari y Foggia, de Agroscope (Suiza) y de Sequentia Biotech (Barcelona), y ha contado con la ayuda de la Fundación Séneca (Murcia), la Fundación Velux (Dinamarca) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

(SERVIMEDIA)
13 Jun 2019
MJR/caa