El tramo ministerial de la Cumbre del Clima de Madrid (conocida como COP25) será trascendental, porque los delegados de casi 200 países intentarán perfilar los documentos en los que han estado trabajando durante la última semana con el fin de cerrar una decisión prevista para este viernes.

Esa fase comenzará este martes las 9.00 horas con las intervenciones en el plenario de la COP25, Carolina Schmidt; la secretaria ejecutiva de ONU Cambio Climático, Patricia Espinosa; el artista español Alejandro Sanz; el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Tijjani Muhammad-Bande, y la ministra española para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.

Después, tendrán lugar los discursos de miembros de 163 países y la UE, además de 21 organizaciones internacionales. La gran mayoría de los oradores en el plenario de la Cumbre del Clima serán ministros de medio ambiente, según pudo comprobar Servimedia de la lista provisional de intervinientes en el segmento de alto nivel de la COP25.

La fase ministerial empezará este martes y concluirá el miércoles por la tarde. Cada orador tendrá un máximo de tres minutos para pronunciar su declaración, dada la gran cantidad de intervenciones que se producirán durante esos dos días.

El turno de intervenciones se estrenará con los discursos de los únicos cuatro jefes de Estado o de Gobierno que estarán en la COP25: Taneti Maamau, presidente de Kiribati; Pohiva Tuʻiʻonetoa, primer ministro de Tonga; Kausea Natano, primer ministro de Tuvalu, y Josaia Voreqe Bainimarama, primer ministro de Fiyi. Curiosamente, se trata de cuatro estados insulares del Pacífico, una región vulnerable a los efectos del cambio climático.

La UE, llamada a liderar las negociaciones en la Cumbre del Clima de Madrid, contará con la intervención del vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans.

PAÍSES MÁS CONTAMINANTES

Los principales países contaminantes estarán representados por personas con menor perfil político. China, que aglutina un 29,3% de las emisiones globales de efecto invernadero, contará con el viceministro de Ecología y Medio Ambiente, Yingmin Zhao. Estados Unidos (13,8%) tendrá a la embajadora Marcia Bernicat, subsecretaria principal adjunta de la Oficina de Asuntos Oceánicos y Científicos Internacionales.

India (6,6%) estará representada por el ministro de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático, Prakash Javadekar; Rusia (4,8%), por el asesor del presidente y enviado espacial sobre el clima, Ruslan Edelgeriev, y Japón (3,6%), por el ministro de Medio Ambiente, Shinjiro Koizumi.

En la lista de oradores de los países no figura ningún representante del Gobierno español, si bien Ribera está entre quienes inaugurarán el segmento de alto nivel. Y hablarán seis embajadores en España, concretamente los de Benin, Costa de Marfil, Iraq, Kenia, Mónaco y Serbia.

Respecto a las organizaciones internacionales, en el plenario intervendrán la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan; el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), Faith Birol; el secretario general de la Unión por el Mediterráneo, Naseer Kamel; el secretario general de la Organizción de Países Árabes Exportadores de Petróleo, Abbas Ali Al-Naqi, y el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohammad Sanusi Barkindo.

OBJETIVOS

La fase ministerial de la Cumbre del Clima de Madrid tiene entre sus misiones fundamentales aumentar la ambición climática para preparar el terreno con vistas a 2020, cuando los países deben revisar al alza sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, pero, según fuentes negociadoras, algunos países se muestran reacios y aseguran que no llevarán a la ONU sus nuevos planes climáticos en la próxima primavera, como está previsto, sino después.

Otro encargo para la COP25 es cerrar el libro de reglas del Acuerdo de París en lo relativo al artículo 6, dedicado a los mercados de carbono (es decir, el intercambio de emisiones entre países o empresas).

La UE, que cuenta con un mercado propio, apuesta por rematar esta tarea pendiente preservando lo que se conoce en la jerga climática como integridad ambiental, es decir, evitar la doble contabilidad del sistema con gases que pueden emitirse en un territorio determinado y no se trasladen a otro. Los países en desarrollo prefieren aplicar una tasa de las transacciones de emisiones que irían a un fondo de adaptación.