Medio rural y natural

Ribera afirma que la caza del lobo “jamás” ha servido para proteger a los ganaderos

- La vincula con “cupos de animales a cazar” en cotos y reservas cinegéticas

- Afirma que la coexistencia con la especie beneficiará a la ganadería extensiva porque facilitará indemnizaciones

MADRID
SERVIMEDIA

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, señaló ese miércoles que detrás de la caza del lobo “jamás” ha estado controlar las poblaciones de esta especie para proteger las explotaciones ganaderas, sino la autorización de “cupos” de ejemplares a capturar en cotos y reservas cinegéticas.

Ribera hizo esta afirmación en el Pleno del Congreso de los Diputados durante una interpelación urgente formulada por Isidro Martínez Oblanca, de Foro Asturias, a propósito de una orden en la que trabaja Transición Ecológica para incluir a todas las poblaciones de lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) tras la reciente decisión adopta por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, órgano formado por el Gobierno y las comunidades autónomas.

Ello supondrá que el lobo dejará de ser una especie cinegética al norte del Duero (salvo Asturias, donde no lo es desde 1991), puesto que la caza ya está prohibida al sur de esta cuenca hidrográfica.

“Lo cierto es que, en general, la caza del lobo jamás se ha regido por criterios poblacionales o de gestión y protección de la ganadería. Habitualmente, se ha regido por razones asociadas a cupos de animales a cazar, a razones territoriales de cotos y reservas cinegéticas donde está permitido. No es lo que ocurre en todos los casos en aquellas poblaciones, en aquellas comunidades autónomas donde sigue siendo especie cinegética, pero sí lo más habitual”, subrayó Ribera.

SEPTIEMBRE DE 2019

El procedimiento para incluir el lobo ibérico en el Lespre se inició en septiembre de 2019, cuando la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) planteó a Transición Ecológica que valorara la posible inclusión del lobo como ‘vulnerable’ en toda España dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Ello supondría dar la máxima categoría de protección al lobo, pero el Comité Científico del Ministerio dictaminó que no hay suficiente información para ello y propuso que, subsidiariamente, se incluya a la especie en el Lespre, lo que supone un único régimen de protección en toda España, prohibir la caza deportiva y que cualquier control poblacional sea excepcional, controlado y bajo criterios científicos.

La Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad decidido el pasado 4 de febrero -con nueve votos a favor, ocho en contra y una abstención- que el lobo ibérico se incluya en el Lespre, y Transición Ecológica trabaja en una orden ministerial en este sentido, lo que ha soliviantado a organizaciones de ganaderos y a algunos partidos de la oposición tanto en el Congreso como en el Senado.

El Comité Científico, formado por 19 miembros, ha emitido 54 dictámenes sobre el tratamiento normativo de diferentes especies y el lobo lo adoptó en febrero de 2020.

Según Ribera, algunas comunidades autónomas “no querían hablar nada, ni de la catalogación ni de la gestión” del lobo ibérico. “Las cosas, tal y como están, no funcionan”, comentó, antes de añadir: “No son buenas para nadie. No son buenas para los ecosistemas del lobo, por un lado, ni para la ganadería y los titulares de explotaciones que ven con preocupación lo que ocurre, ni, por supuesto, para las administraciones competentes a la hora de intervenir y custodiar tanto la protección de la biodiversidad como la ganadería ya la coexistencia”.

Ribera subrayó que hace falta un sistema de gestión “homologable, comprensible, entendible y enormemente solidario” cuando se producen ataques de lobos a explotaciones ganaderas, puesto que el actual “está fragmentado y es poco solidario y poco garantista”, ya que las indemnizaciones por daños están consolidadas principalmente en los lugares donde el lobo está protegido.

Por ello, afirmó que la coexistencia entre la ganadería extensiva y el lobo beneficiará al sector ganadero porque facilitará una mejor cobertura de indemnizaciones por daños.

“No se trata de engañar, no se trata de decir que con unos eurillos se resuelve el asunto, para nada. Jamás nadie ha hecho una afirmación tan frívola como ésta. Necesitamos una coexistencia justa con los ganaderos, con quienes hacen de su modo de vida algo fundamental para el bienestar social y ambiental de este país”, respondió Ribera a Martínez Oblanca.

PROTECCIÓN EUROPEA

La vicepresidenta cuarta indicó que el lobo ocupó históricamente buena parte de la península, algo que se alteró el siglo pasado, cuando se produjo una regresión de sus poblaciones hasta quedarse relegadas al cuadrante noroccidental (actualmente hay unos 2.500 ejemplares repartidos en unas 300 manadas). El último censo, de 2014, descartó ya su presencia en Sierra Morena (Andalucía).

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) indica en su último informe sobre el estado de la naturaleza en la UE, que abarca el periodo entre 2013 y 2018, que el lobo en España está en una situación desfavorable de conservación.

Según Ribera, el lobo está considerado como “una especie estrictamente protegida” en la mayor parte de la UE al incluirse en el anexo IV de la Directiva Hábitats, con las excepciones de Finlandia, las repúblicas bálticas y en España al norte del Duero. Así, la especie está protegida en lugares con poblaciones abundantes, como Alemania, Francia, Italia, Rumanía y Suecia.

“¿Tiene sentido mantener un sistema fragmentado que, además, no funciona? Los ataques más importantes de lobos se siguen produciendo en zonas donde no cuenta con un régimen especial de protección y donde, sin embargo, nos encontramos con ataques significativos”, apuntó Ribera.

“BILLETES VERDES”

Por su parte, Martínez Oblanca apuntó que Ribera ha logrado “de una tacada” que Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla y León “discrepen rotundamente” de que el lobo sea incluido en el Lespre, y que los ganaderos están “disgustados y contrariados” ante esta medida.

“Le recuerdo al Gobierno que ésta no es cuestión de indemnizaciones ni de ‘euroseñuelos’. Estamos ante un sector dolorosamente harto de complicaciones, pegas e impedimentos periciales para cobrar los daños tarde, mal y nunca”, dijo.

Martínez Oblanca reiteró que no se trata de “billetes verdes”, sino del “impacto emocional que supone para un ganadero y para su pueblo el macabro hallazgo de un rebaño de ovejas y cabras degolladas o de vacas y terneros destripados o de caballos y potros muertos y malheridos o de animales de granja masacrados”.

“Hagan el favor de no exhibir las chequeras como camelos”, comentó, antes de sentenciar que hoy en día “no existe peligro de extinción” del lobo ibérico y, según añadió, Transición Ecológica proyecta un aumento de un 18% en las manadas hasta 2030 y que la especie se expanda a otros territorios.

“Sería muy ilustrativo conocer en qué lugares quieren expandir el lobo y qué pueblos del sur del río Duero y por toda la península desean tener a tan incómodo vecino, emblemático, hermoso y bello, pero salvaje e incómodo””, apostilló.

(SERVIMEDIA)
24 Feb 2021
MGR/clc