Casillas saltó a la fama en los incidentes registrados en Madrid tras la protesta ‘Rodea el Congreso' el 25 de septiembre de 2012. El hostelero se enfrentó a los antidisturbios y se plantó en la puerta de su local con las manos en alto para evitar la entrada de la Policía y la detención de varios manifestantes.

En esta ocasión, Casillas interrumpió al líder de Podemos en un acto organizado en el Hotel Ritz y le preguntó por su asesoramiento a través de una fundación española al gobierno venezolano de Nicolás Maduro. "Mi esposa no puede comprar papel higiénico ni comida, ¿ha asesorado al Gobierno de Venezuela en eso?", denunció Casillas. "En Venezuela están matando a los jóvenes", añadió. A continuación, fue desalojado de la sala por la seguridad.

En declaraciones a Servimedia, Alberto Casillas Asenjo explicó que residió en Venezuela durante 29 años y, en la actualidad, su esposa y su hija continúan en el país iberoamericano.

Sobre su intervención, afirmó que en varias ocasiones ha intentado hablar con Pablo Iglesias a través de Twitter sin conseguirlo, y tras enterarse de que participaba en un acto en el Hotel Ritz, decidió presentarse para que le explicará el tipo de asesoramiento dado al gobierno de Venezuela.

Este espontáneo aseguró que la formación política Podemos ofrece “una bola de nieve de promesas cada vez más grande, y me preocupa que mi país se convierta en otra Venezuela”. “Hace unos días hable con mi hija, conozco la situación en Venezuela para que me quieran vender esta melodía tan bella y bonita que copia el modelo venezolano”, dijo.

DISCURSO POPULISTA

A este respecto, Casillas pidió a Pablo Iglesias que explique “en que materias asesoró al gobierno de Maduro” y añadió que el politólogo defiende “un discurso fácil y populista que termina con intolerancia, represión y limitación de derechos”. “Lo he vivido en Venezuela”, subrayó.

Casillas señaló además que en su esposa y su hija sufren “para comprar alimentos básicos” y “no pueden salir del país porque el Gobierno debe a las aerolíneas 4.000 millones de dólares” y “no quieren vender pasajes para España”. Además, denunció que “se reprime a los jóvenes por pensar diferente”.

“En Venezuela, hace quince años se decía que ese modelo no iba a progresar pero fue ganando terreno con un discurso fácil”. “La gente compró este discurso y ahora mira la situación actual”, insistió.