"Las experiencias registradas en otros países nos han enseñado que es posible llegar a erradicar totalmente las sujeciones", aseveró el presidente de Ceoma, José Luis Méler y de Ugarte, en referencia a los datos que señalan que en naciones como Francia o Italia el porcentaje de personas limitadas por sujeciones es de un 15%, mientras que en otros como Dinamarca es inferior al 4%.

Respecto a la justificación del uso de estas ataduras o fármacos con el fin de evitar caídas, el director técnico del programa, Antonio Burgueño, destacó que este riesgo no sólo no disminuye este factor con las sujeciones sino que aumenta y empeora los problemas de conducta, aunque reconoció que alrededor del 1,9% de las sujeciones presentes en una residencia son "inevitables".

Asimismo, Burgueño hizo hincapié en los efectos negativos que pueden tener estas medidas en la salud de las personas mayores tanto a nivel físico (úlceras con presión, infecciones, incontinencias…) como a nivel psicológico (pánico, vergüenza, ira, depresión...).

En cuanto al plano jurídico, el fiscal del Estado para la Protección y Defensa de los Derechos de las Personas Mayores, Jorge Sena, reivindicó que las personas mayores "necesitan una legislación muy determinante que es multidisciplinar" y subrayó que una sujeción por sí misma, "vulnera la libertad si fuera necesario" y no bastaría con el informe médico sino que sería necesaria "una autorización judicial".

Según Ceoma, en España son ya siete los centros asistenciales “libres de sujeciones”, uno de ellos situado en Guernica (País Vaco) ya cuenta con la acreditación oficial mientras que otros dos situados en la Comunidad Valenciana están en trámites.