Guerra en Ucrania

La Asociación Española de Fundaciones pide “solidaridad segura y eficiente” con Ucrania hasta que el país “recupere su dignidad”

- Anima a apoyar a las ONG especializadas en ayuda humanitaria y acogida, que conocen y saben “priorizar” las necesidades de los refugiados

- Cree que el “reto” en España es pasar de ser un país “muy solidario” ante una emergencia, a ofrecer una “solidaridad estable”

MADRID
SERVIMEDIA

El director general de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), Silverio Agea, pide a los españoles que sean “solidarios” con la población ucraniana que sufre las consecuencias de la invasión de su país por parte de Rusia, pero que lo hagan de forma “eficaz, segura y eficiente”, canalizando su ayuda a través de donativos a las ONG expertas en el abordaje de crisis humanitarias. Además, reclama que dicha solidaridad sea “sostenida” en el tiempo hasta que Ucrania “recupere su dignidad” como nación.

Así lo demandó en una entrevista concedida a Servimedia en la que urgió a colaborar con las fundaciones especializadas en ayuda humanitaria que se encuentran sobre el terreno en la frontera ucraniana y trabajan en red y en coordinación con otras organizaciones y gobiernos locales así como con las dedicadas a labores de acogida y refugio en España.

Ellas son las que, a su juicio, conocen “la realidad de allí y de aquí” y tienen capacidad para “tratar cada caso como merece ese caso” y de “priorizar en medio del caos” las necesidades más acuciantes en las fases de emergencia, reconstrucción y desarrollo que siguen a una guerra. Por ello, consideró “lo más lógico” apoyarles “para que sean más fuertes y hagan mejor su labor”.

“Dejémonos aconsejar por esos expertos, que nos dicen que, a veces, la mejor forma de ayudar no es coger un coche e irse a la frontera cargado de alimentos o de medicinas y luego traerse a la vuelta refugiados, niños y mujeres, aunque es lo que haríamos todos”, espetó, convencido de que esa “solidaridad espontánea es muy loable” pero “lo aconsejable y lo más eficaz y efectivo es la solidaridad con seguridad y ayudar a través de quien realmente sabe hacerlo y tiene estructura para ello”.

Según su punto de vista, al comprar alimentos o medicinas para los refugiados en la propia Ucrania o los países limítrofes, “no sólo estás ahorrando dinero para llevar la ayuda humanitaria al país, sino que estás contribuyendo a inyectar fondos en la economía local”. “Es un doble beneficio, estás llevando la ayuda y, además, estás ayudando a reactivar económicamente al país”, insistió, para recordar que las entidades no lucrativas están obligadas a expedir un certificado al recibir una donación superior a 100 euros a través de una entidad financiera u otro medio de pago seguro.

FASE DE EMERGENCIA

Tras explicar que, en la actual fase de emergencia, Ucrania necesita alimentos, medicinas y medios de transporte para quienes se ven obligados a escapar, por lo que se refiere a la donación “en especie” de productos que no puedan adquirirse en el país, emplazó a los españoles a “guiarse también por los expertos”, que son los que saben “qué hay que hacer llegar, cuándo hay que hacerlo llegar y en qué formas hay que hacerlo llegar”.

Agea defendió que una guerra como esta “es la peor de las emergencias y de las catástrofes que se pueden dar”, porque, además de causar muertes y el desplazamiento de millones de personas obligadas a huir, con el dolor que ello conlleva, el invasor está destruyendo “la infraestructura, el sistema productivo y el desarrollo del propio país” y recordó que ahora Ucrania “necesita ayuda humanitaria, pero después llegará la fase de reconstrucción de sus infraestructuras”, en la que necesitará apoyo para volver a levantar sus escuelas y reparar sus vías ferroviarias y carreteras.

A su entender, es un aspecto “vital” de cara a la tercera fase, la de desarrollo, orientada a que el país “pueda recuperar una vida normalizada y volver a colocarlo en velocidad de crucero económica y socialmente”, con una sociedad civil “pujante y fuerte”.

ACOGIDA CON SEGURIDAD

Por lo que respecta a la acogida de refugiados, afirmó que el plan del Gobierno “compagina la palabra solidaridad con la palabra seguridad”. “Es muy importante hacer una solidaridad inteligente y coordinada”, abundó, convencido de que la seguridad “es fundamental para las familias que vienen de Ucrania y para las familias que acogen en España”.

“El plan trata de dar las mismas posibilidades a las personas ucranianas que se acogen en centros oficiales, de organizaciones no gubernamentales y de fundaciones, como a las que son acogidas directamente por familias, por lo que es razonable que se valore la idoneidad de la familia de acogida”, argumentó, para exigir a la administración que todos los trámites “se realicen con la máxima agilidad posible” así como “un esfuerzo extra en la coordinación entre administraciones”.

“Yo no me puedo traer como ciudadano a un niño que está atravesando la frontera o a una joven, por mucha emergencia que haya”, sentenció, para reiterar la importancia de “dejarse aconsejar por los expertos para saber cómo hay que hacerlo” y destacar que España tiene experiencia en el acogimiento de niños ucranianos desde el accidente nuclear de Chernóbil, el 26 de abril de 1986. En este sentido, valoró que esos jóvenes “lo tengan más fácil, porque han vuelto con sus familias de acogida” y a las que deseen acoger por primera vez les solicitó que tomen una decisión “suficientemente meditada, firme y sostenida”, dado que se trata de niños que han vivido “una situación muy difícil”, circunstancia que, “de entrada, es un trauma que hay que tener en cuenta”.

Los menores integran, según su criterio, uno de los colectivos “más sensibles” que deja este conflicto y reconoció que a todos “se nos ha roto el corazón al ver a niños solos en una cola o montándose en un tren para ir a la frontera”. Junto a ello, también se refirió a las personas con discapacidad o las personas mayores, que, dijo, tienen “unas necesidades especiales” y requieren “otro tipo de ayuda complementaria” que es proporcionada por estas organizaciones expertas en cuidar a la población que, “en estas circunstancias, se vuelve aún más vulnerable”.

RECUPERAR LA DIGNIDAD

Agea aseveró que, en la actual fase de emergencia, en la que la guerra se retransmite en directo a través de los medios de comunicación, “a la población se le despierta la solidaridad y quiere ayudar y colaborar cuando ve tanto dolor y tanto sufrimiento”. “El problema es cuando deje de ser noticia”, lamentó, para puntualizar que aún entonces “quedará mucho camino por delante” y pedir “apoyo” a Ucrania “en todo el proceso hasta que vuelva a ponerse al nivel de desarrollo económico y social que tenía y pueda recuperar su dignidad y su destino como pueblo”.

“España siempre responde ante una emergencia y suele ser de los países más solidarios del mundo, otra cosa es cuando no hay emergencia, en donaciones periódicas y estables a una organización, aspecto en el que es más bien débil”, apostilló, convencido de que el “reto” es “pasar de ser un país muy, muy solidario en las emergencias, a serlo de forma permanente”. “Lo tenemos que conseguir como sociedad porque, cuando estas catástrofes ya no aparecen en los medios de comunicación, todavía hay necesidades que cubrir en el mundo”, resolvió.

(SERVIMEDIA)
20 Mar 2022
MJR/clc