Alimentación

El consumo de ultraprocesados está “vinculado” a los síntomas depresivos y a cambios de volumen en circuitos cerebrales

- Según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

El consumo de ultraprocesados está ligado a los síntomas depresivos y a cambios de volumen en circuitos cerebrales.

Así lo desvela un estudio liderado por las áreas de Salud Mental y Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (Idibgi), que “vincula directamente” la comida ultraprocesada con la depresión, el volumen de sustancia gris del circuito cerebral mesocorticolímbico y parámetros de inflamación, según precisó este jueves el Instituto de Salud Carlos III en un comunicado.

Los objetivos del estudio, en el que también colaboraron investigadores de la Agencia de Salud Pública de Barcelona y del Instituto de Investigación de Sant Pau y cuyos resultados fueron publicados en la revista científica ‘Journal of Affective Disorders’, eran determinar la relación entre el consumo de ultraprocesados y los síntomas depresivos, así como proporcionar nuevos datos sobre la “asociación” entre la ingesta de estos productos y los volúmenes de materia gris cerebral en 152 personas adultas, según explicaron sus investigadores principales, Oren Contreras-Rodríguez y José Manuel Fernández-Real.

Junto a ello, también pretendían “explorar” los “efectos” de “interacción” con la obesidad, así como evaluar si los biomarcadores inflamatorios “medían estas asociaciones previas” y, como hipótesis de trabajo, esperaban que “un mayor consumo de ultraprocesados se asociara con un mayor riesgo de síntomas depresivos y un menor volumen de sustancia gris en la amígdala y regiones frontales”. "Especialmente en participantes con obesidad, ya que suelen caracterizarse por presentar un mayor consumo de ultraprocesados”, agregaron, para advertir de que, “efectivamente”, pudieron “confirmar” dicha hipótesis.

RESULTADOS

Para la realización del estudio se recopiló información sobre la dieta de los participantes durante el último año, se evaluaron los síntomas depresivos y se realizaron imágenes de resonancia magnética estructural y se midieron varios parámetros metabólicos y biomarcadores inflamatorios, como el recuento de glóbulos blancos, la proteína de unión a lipopolisacárido y la proteína C reactiva.

Uno de los resultados “principales” que obtuvieron los investigadores fue la “asociación” entre “un mayor consumo de ultraprocesados y una mayor presencia de síntomas depresivos”, así como “un menor volumen en regiones cerebrales implicadas en procesar la recompensa y monitorizar el conflicto”, aspectos que juzgaron “esenciales en la toma de decisiones, incluyendo las alimentarias”.

Asimismo, el estudio revela que la asociación entre el consumo de estos productos y los síntomas depresivos fue “especialmente notable” en el grupo con obesidad (58,6% de los participantes), que, según los especialistas, “partían de una mayor presencia de síntomas depresivos en comparación con el grupo sin obesidad”.

De este modo, según sus impulsores, la investigación “respalda” la evidencia que “vincula” el consumo de ultraprocesados al “riesgo” de padecer un trastorno depresivo y proporciona “nuevos datos” que lo “asocian” con “cambios” en la estructura de redes cerebrales “concretas”, al tiempo que “muestra” que estas asociaciones “podrían ser dependientes de la presencia de obesidad y los niveles de inflamación periférica”.

(SERVIMEDIA)
27 Jul 2023
MJR/mjg