Durante la mañana de ayer, un centenar de vecinos de la parroquia impidieron ayer al cura oficiar la misa dominical. Los feligreses, que acusan al párroco de cometer contínuas arbitrariedades y de insultar a los vecinos, desde que se hizo cargo de la parroquia hace treinta ños, se concentraron a la puerta de la iglesia, y lanzaron acusaciones contra el cura, que pese a la presencia de la guardia civil para calmar los ánimos, decidió no celebrar la misa.

Ante estos sucesos, el parrocó declaró que "a mí me parecía más un sueño que una realidad". En todo caso, añadió, habrá sido "un exceso de confianza de mi parte y falta de cultura por parte de de los vecinos, y ese habrá sido mi error".

El cura negó haber insultado a nadie desde el púlpito y señaló que los vecinos "e amenazan uno a otros si no apoyan las protestas"

Según los vecinos, el cura párroco de Bugarín, vive amancebado desde hace 32 años y entre otras irregularidades, lo acusan de haber vendido propiedades de la iglesia, y negarse a impartir catequesis a los niños.

El enfado de los feligreses fue en aumento a partir de la pasada Semana Santa, cuando el cura se fue de vacaciones impidiendo la celebración de los oficios durante esas fechas. A partir de entonces empezaron a sucederse las quejas vecinals, a lo que el párroco respondió negándose a acompañar los féretros de los difuntos desde la casa mortuoria a la iglesia parroquial.

Además, los vecinos denunciaron a la Guardia Civil de Puenteareas que el padre Alvarez repartió por la aldea un escrito con insultos a los vecinos y comentarios privados realizados al cura por los feligreses.

Los insultos del párroco a los feligreses llegaron a producirse incluso desde el púlpito, y "la cosa llegó a tal punto que los que no eran partidarios suyos tuieron que dejar de ir a misa porque se dedicaba a insultarlos" señaló una vecina de la parroquia, que añadió que términos como "muertos de hambre eran la cosa más liviana que nos dirigía" .

En una carta remitida al Obispo de Tuy-Vigo, José Cerviño, los feligreses reseñan todas estas supuestas irregularidades y le solicitan la destitución de Jesús Alvarez.

Aunque el obispo todavía no les ha contestado, sí recomendó al párroco que no oficiese misa mientras se encuentre con la oposición vecinal.

A la espera de una respuesta por parte del obispado, los feligreses se han dirigido también al Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y al presidente de Xunta, Manuel Fraga, para que intercedan en el conflicto.