En este sentido, la Federación de Donantes de Sangre asegura que "los progenitores no tienen una facultad omnímoda sobre los hijos, hasta el punto de poder disponer de la vida de éstos", y pide a los parlamentarios que actúen en consecuencia.

Para ello, proponetambién que se faculte al médico o responsable hospitalario, para que, en supuestos de urgencia en los que pueda estar en peligro la vida del paciente, decida de acuerdo con su propia deontología.

En los casos en los que la transfusión no sea urgente pero sí necesaria a corto o medio plazo y ante la negativa del paciente o de sus familiares, FENADOSE propone que el médico solicite autorización a la autoridad juicial.

Asimismo, solicita que se regule la intervención del Ministerio Fiscal como defesor de los derechos de los ciudadanos y en especial de los de los menores e incapacitados.

La Federación Nacional de Donantes de Sangre de España recuerda que en una confrontación entre el derecho fundamental a la vida y de cualquier otro, como la libertad religiosa o de culto, prima el primero, según la doctrina sentada por el Tribunal Supremo y el Constitucional.